Se le pone el santo de cara, como se suele decir, a Alfonso Fernández Mañueco, puesto que si hubiera elecciones esta primavera cogería por sorpresa a la mayoría, por no decir todos, sus rivales en una quimérica contienda electoral.
Por una parte, el principal rival, el PSCyL de Carlos Martínez, se encuentra todavía iniciando su nueva etapa al frente del partido en la región. Después de una ponencia marco, base de su programa, ahora ha iniciado una serie de actos de presentación por los cuatro puntos cardinales de las nueve provincias y media.
Y qué decir de la crisis en la que la dimisión de su líder y portavoz, Juan García Gallardo, ha sumido a todo el partido Vox. Suenan ya nombres para su sucesión, pero el presidente de las Cortes, otro Carlos, pero Pollán, tendría que compartir con alguien la portavocía en el parlamento y liderar él el aparato. En todo caso, lo sucedido con el joven burgalés es otro tropiezo más de Santiago Abascal para llegar a ser realmente una alternativa más a la derecha del Partido Popular. Ahora se intenta vender un mensaje de refuerzo del liderazgo de Abascal con una serie de visitas y actos a nivel internacional con los “camaradas” que han brotado en Europa y América como respuesta a la atrofia que las democracias parlamentarias de corte liberal y socialista han sumido a muchas naciones. El PP ha apostado por un modelo de centro derecha que al escorarse el Gobierno nacional de España al socialcomunismo todo el espectro político se ha desplazado hacia la izquierda y hacia la derecha respectivamente.
Los provincialismos y localismos que al albur y por imitación de catalanes y vascos, han renacido en Castilla y León intentan que sus apariciones en las urnas se consoliden, lo que dinamitaría el parlamento en una constelación de voces que, como grillos, reclamasen su cuota alícuota de presupuesto y poder. Por el bien de nuestra Comunidad esperemos que esto no suceda. En todo caso el Partido Popular parte hoy con ventaja en esta especie de pretemporada que se ha iniciado en nuestra clase política autonómica. De la UPL no decimos nada, pues en León capital amaga pero nunca da y en Valladolid se ha acoplado al cómodo discurso-denuncia.
ABC
