La clase política, y más la de la provincia de León, se ha visto conmovida por un suceso protagonizado por uno de los suyos. El actual líder del bercianismo político, Pedro Muñoz, se encuentra detenido bajo la acusación de presunto intento de homicidio y violencia de género continuada a su actual esposa.
Pedro Muñoz es un veterano hombre público nacido en Toreno, localidad en la que ha sido en varias legislaturas alcalde. Pero también fue procurador regional y hasta el primer diputado provincialista que se sentó en lo que más le repele a un bercianista, en la Diputación de León. En los últimos tiempos dirigió la Coalición por el Bierzo y ha estado gobernando en coalición el Ayuntamiento de Ponferrada, primero con el Partido Popular y ahora con el Partido Socialista.
Muñoz tiene tanto rodaje político como cambio de siglas. Ha militado en el Partido del Bierzo, en la Unión del Pueblo Leonés, en el Partido Popular y en Coalición por el Bierzo. Todo ese recorrido sólo se sostiene por el pragmatismo con el que nuestro protagonista afronta los resultados electorales allá donde se encuentre. Esa es otra. Lo pragmático es valorar los asientos obtenidos y qué se puede hacer con ellos de cara a gobernar o tener margen de maniobra así sea la situación. Porque Pedro no tiene credo, a no ser el suyo y el que venga bien en el municipio o institución en la que sea miembro. De verbo fácil y prolongado, resulta vehemente en sus convicciones, tanto si son expresadas en una tertulia informal como si de un discurso oficial se tratase. Sabe apelar al corazón del paisanaje y eso le ha hecho contar con un grupo nada desdeñable de seguidores en toda su carrera.
Otra de las facetas de este apasionante personaje es su fama, real o no, con el sexo femenino. Vitola de eterno Romeo que le ha llevado a casarse y divorciarse en alguna que otra ocasión, dando así comidilla para charlas de cotillas de toda clase o especie. Su actual pareja, y número tres del bercianismo, es la presunta agredida hasta el punto de encontrarse hospitalizada con traumatismo craneoencefálico muy grave. La mujer se encontraba con él en la casa del pantano en Toreno, refugio apartado hasta tres kilómetros de la civilización que hizo construirse Muñoz en tiempos de alcalde.
Una mansión que guarda los secretos de lo que en realidad sucedió.