Los resultados de las pasadas elecciones municipales en Castilla y León, en particular, y en España en general, dan una clara lección a todo aquel que quiera verla: comienza un nuevo ciclo político en el ruedo ibérico. El rechazo de la figura de Sánchez o al menos su política en esta legislatura tan bronca es monumental.
La reencarnación de Maquiavelo en Óscar López, político asesor principal del presidente del Gobierno, deja bien a las claras cómo es el estilo que se ha impuesto en la Moncloa en estos últimos tiempos. Que la decisión de convocar elecciones generales la tomen tres personas en la madrugada del lunes de esta misma semana con las urnas recién abiertas no es otra cosa sino la obra de un ingeniero de la política y la manipulación pública excepcional.
Llevamos toda la semana, y lo que nos queda, hablando de las próximas elecciones y no de la derrota del PSOE el domingo pasado. Magistral. Es una pena que el pacto con Bildu, con etarras, y las concesiones a Podemos que generaron un debate nacional de rubor y crispación manchen un hacer político digno de estudio en las escuelas de Ciencias Políticas. Técnicamente, Sánchez ha logrado silenciar bastante la derrota, pero el retraso conseguido mucho nos tememos que será mayor en julio, a no ser que saque algún conejo de su inverosímil chistera.
En casa se han retenido algunos municipios, Soria y quizás León, entre otros, pero los resultados son claros. Mañueco puede exportar su modelo PP-Vox al resto de España y, a la larga, Vox terminará, como Ciudadanos, absorbido por el pez más grande. Así se escribe la historia reciente de la política patria. Lo de Igea y montar una ‘platachiringuitoforma’ sigue siendo el empecinamiento de una personalidad digna de diván de psicoanálisis. Seguro que siendo médico le hacen un descuento al que quiso ser presidente de Castilla y León y no pudo, quiso ser presidente de Ciudadanos y no pudo, quiso ser el centro de atención del mundo mundial y no sabe cómo.
Recordemos Unión Liberal, PDP, PSP, UCD, CDS, UPYD…La historia política española está llena de personalismos y de luchas. Pero es hora de pactos con los localistas y todas aquellas terceras fuerzas. ¡Señorías, a negociar!
¿Nuevo ciclo?, volverán los fantasmas del pasado, tiempo al tiempo. Que poca memoria tienen los votantes, bueno, algunos.