Del pasado de la antigua Somoza, de sus habitantes, de sus moradas, y particular forma de vivir, ya contaron aquellos llamados “eruditos “, que dieron buena cuenta de ello a través de sus escritos.
He de añadir que a pesar de gozar de grandes conocimientos, trasmitieron los mismos, en esta y la otra Somoza del Bierzo, calificativos despectivos respecto a sus conceptos de vida y modo en el que aplicaban sus costumbres.
Por nombrar algunos de ellos, además de considerarlos abandonados y pobres, fueron calificados con adjetivos como sucios, asquerosos, ruines, y algún que otro más con el mismo propósito.
Yo imagino, después de esta consideración, que aquellos estudiosos, desplegaron sus conocimientos según su valoración personal, y no, sobre la riqueza de una cultura única y de belleza impresionante, poniendo en evidencia su verdadera ignorancia.
Lo que sí es cierto es el abandono y la pobreza que sufrieron durante muchos años, recurriendo a la emigración, en gran parte de estas poblaciones.
Gracias a, años después, otros eruditos, nos sacaron del pozo de aquella negrura advirtiendo a la nación de que, aquellas pueblas y gentes aisladas resistían a duras penas, valiéndose únicamente de sus escasos recursos.
No faltaba razón, pero los recursos, durante siglos habían sido los mismos que, utilizados generación tras generación, resistieron con un arraigo admirable.
A pesar de la buena intención de aquellos trasmisores de la realidad rural, no sirvió de mucho, únicamente para que en las ciudades o para los que gozaron de aquellas escrituras…, se asombraran de las peculiaridades de unos hombres y mujeres que, poco menos, parecían vivir en la prehistoria.
Lo cierto es que, todo aquel mundo aparentemente carente de sentido o inteligencia, sirvió como cimiento para los numerosos e importantes estudios que se realizaron tiempo después, poniendo de manifiesto que, pertenecíamos a ese eslabón casi perdido de la historia…, completamente admirable y ligado tan estrechamente a tan lejanos tiempos.
Vamos a olvidar aquellos despectivos calificativos y daremos cuenta de la dignidad con la que sobrevivieron a pesar de la dureza de esta tierra difícil y de la bien servida indiferencia.
Vaya por delante el orgullo que siento sabiendo que pertenezco a la tierra de la Somoza y a la nobleza de sus gentes.
En el año de 1908 se publica en Madrid un boletín sobre una excursión que realizaron algunos miembros de la “ Real Sociedad Geográfica “ por la Somoza Maragata.
Dan buena cuenta, no solo del recorrido que realizaron, si no, de la realidad que se vivía en numerosas poblaciones que visitaron.
Llegando a la localidad de Prada de la Sierra, cuentan, el gran recibimiento de sus gentes ante su visita, considerando la gentileza de sus pobladores y sus costumbres como un acto admirable.
Sus vistosos trajes que utilizaron para la ocasión, la procesión que recorrió las calles con devoción y el baile con tambor, la chifla y dulzaina…,que deleitaba a unos y otros mientras danzaban clamorosamente.
De aquella visita a la localidad, escribieron un relato merecedor de consideraciones por haber captado, con gran sensibilidad, una bellísima cultura, igualmente, la carencia de las ayudas para poder conservarla.
La fotografía pertenece a aquellos visitantes el mismo día de su recibimiento.