Quince minutos

Por unas cuestiones o por otras, el periodista lleva atendiendo a comités ejecutivos de partidos políticos algo más de tres décadas, y puede asegurar que sólo en tiempos de la difunta, se solucionaban las cosas como de un mero trámite al tener todo decidido y claro en el centro derecha leonés. Javier Santiago Vélez, el nuevo presidente provincial del PP de León, tenía encima suyo a la prensa digital capitalina y a buena parte del partido en contra, con filtración de conversaciones y todo. Al más puro estilo Villarejo y grandes personajes de nuestra actualidad nacional. Y hete aquí que cuando se esperaban explicaciones o discusiones los más de cien asistentes de todo el PP leonés aprobaron por unanimidad el nuevo nombramiento de secretario general, el acta y lo que hiciera falta. ¡Hala, y a trabajar!

Sin duda, esta victoria del presidente cuestionado tiene una salida totalmente legal y estatutaria, otra cosa es lo que piensan en muchas juntas locales y alguna comarcal. Las diferencias por las preferencias para futuros candidatos a las municipales van a ser un auténtico dolor de cabeza, en especial, en municipios mayores de 2.000 habitantes donde proporcionalmente decide el comité electoral de turno en forma ascendente hasta llegar al candidato en León que lo decide Génova, o sea Madrid.

Nos alegramos por esta resolución temporal de la crisis abierta en el principal partido de la provincia de León y sólo tenemos palabras de aliento para éste y para el Partido Socialista, que también tiene sus roces y choques en una guerra soterrada entre el secretario general provincial, el diputado Cendón, y el alcalde de León, José Antonio Diez, a quien además le crecen los enanos puesto que la UPL le amenaza un día sí y otro también, con romper el pacto de Gobierno en el Ayuntamiento de León para que traiga logros a la ciudad. El Palacio de Congresos es la reciente petición y que, como es del partido que también gobierna en la nación, le piden algo más que gestos sino hechos.

Así pues, la política leonesa está de lo más animado oiga, lo bueno es el entretenimiento y el juego que dan a la opinión publicada, la otra, la pública está bastante harta de la clase política.

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