A la hora de escribir este editorial el Partido Socialista de Ponferrada estará dando una rueda de prensa sobre su versión sobre la presunta compra de voto de la concejala del Partido Popular Mari Crespo en favor de Olegario Ramón para repetir como alcalde. Lo cierto es que este tipo de acusaciones son extremadamente serias por lo que suponen de alteración de la voluntad popular, de delito en sí mismo y de la inmoralidad de esta forma de proceder en el mundo político. No hablamos de fichajes de directivos en el ámbito de la empresa privada, que es muy distinto.
Acudir a los tribunales es la forma primera y más sensata en la dinámica política ante un hecho de esas características y, eso sí, anunciarlo públicamente después para que toda la sociedad ponferradina esté avisada de con quién se juega los cuartos si finalmente se aclara y se comprueba el hecho deleznable.
Para finalizar, dos ideas igual de importantes: una, la dinámica política a todos los niveles se ha convertido en una suerte de envites y mensajes públicos rupturistas y elevados de tono que en nada favorecen a la democracia. Dos, esta radicalización de las posturas con la sombra de la sospecha de gestiones no sólo malas, sino delictivas, tienen buen ejemplo en la pedanía de Fuentes Nuevas, donde bien el PSOE, concejal Cartón, bien el PP concejala Crespo, protagonizan un cruce de acusaciones en la que sólo tienen las de perder los propios vecinos de la localidad.
La elevación del nivel político, al menos en las formas, aunque también en el ejemplo de ciudadanía intachable es algo que se echa de menos últimamente y que sería de agradecer.
Bien y ¿ahora que?, si nadie dice nada que ocurre.
Mas bien lo que puede ocurrir son: manipulaciones, coacciones, amenazas, señalamiento, etc…
Ya estamos acostumbrados a esta falsa democracia caciquil (dictatogracia) a la berciana.
Pues los responsables están ahí: PSOE leones en bloque y PP castellano junto con sus adláteres y siervos muertos de hambre del Bierzo.