Cada día son más las voces internas y externas en el Partido Socialista de Castilla y León que ven a Óscar Puente como la figura emergente que puede arrebatar, esta vez sí, la Presidencia de la Junta al Partido Popular. En el discurso a su favor se alega que el exalcalde, además de su legado local demostando un talante “conciliador y que sabe gobernar en coalición” dicen, su victoria en sus últimas elecciones a la capital vallisoletana. “De ganador a ganador”, repiten incesantemente voces acreditadas del socialismo regional parafraseando su discurso contra Alberto Núñez Feijoó en el Congreso de los Diputados. Esa actuación ha subido la moral al PSCyL a la estratosfera, y no con algo de razón ante la atención mediática que suscita la figura de Puente.
El resto del votante socialista en Castilla y León le conoció como un lejano alcalde de otra provincia, fugaz portavoz nacional y ahora un auténtico látigo para la derecha. Precisamente por su discurso rozando lo permitido, “macarra” para los populares, se ha granjeado también la simpatía de la izquierda más extremista. Ya hay una auténtica corriente de opinión a favor de que Luis Tudanca siga liderando orgánicamente al PSCyL, pero que el cartel electoral sea distinto después de tres intentos fallidos al asalto de la Presidencia de la Junta. Sin embargo, fuentes cercanas al propio Tudanca opinan que “el apoyo del secretario general es incontestable, pero de ahí a un cambio de liderazgo es, hoy por hoy, algo que no se plantea”.
Puente, mientras tanto, se muestra eufórico con la repercusión de su intervención en la pasada moción de investidura del presidente del PP e incluso por el altercado protagonizado en la estación del AVE en Valladolid preguntándole un ciudadano por Puigdemont. En un tuit el antiguo regidor vallisoletano, en el que se adjunta con una fotografía de él mismo bajando sonriente las escaleras del Congreso aplaudido por la bancada socialista ha expresado cómo aumenta su fama y sus seguidores en esta red social día tras día. Todo un crack para el que le guste la política de oratoria tabernaria. Al menos, Luis Tudanca, hasta el día de hoy ha sabido contener sus formas, cosa que incluso en el PP, alguna vez se han perdido también.
ABC
Why not?. Para lenguaje tabernario el del peperío.