¿Nos engañan los mapas?. Es más que discutible

Creo que en más de una ocasión he leído en Internet, noticias en las que de modo más o menos claro se dice que los mapas (incluidos sobre todo los más modernos) nos engañan porque no dibujan los países diversos como realmente son. Dado que prácticamente toda mi vida profesional y mi etapa estudiantil tuvo que ver mucho con planos y mapas, se me ocurre redactar este artículo para puntualizar algunos extremos que entiendo incorrectos. Lo haré centrándome casi exclusivamente en una idea: la de señalar que en muchos, muchísimos casos, lo que ocurre no es que los mapas (al menos los más modernos) estén mal. Lo que ocurre es que muchas personas ignoran por completo como se hacen los mapas y consecuentemente, lo son las proyecciones que dan lugar a estos. En este como en otros muchos casos, nos encontramos con personas que “oyen campanas pero no saben a que tocan”, como se dice a menudo.

En la actualidad los medios (satélites entre otros), que tenemos para situar en un mapa un punto cualquiera de la superficie terrestre, son tan sofisticados que me parece totalmente absurdo hablar de mapas mal dibujados. Si retrocedemos varios siglos el asunto es diferente, pues los métodos de observación y medida y los conocimientos no eran los actuales. Es bien conocida la historia (llevada al cine en la película titulada “Rebelión a bordo”), de un navío británico que en el siglo XVIII localizó una isla que estaba mal ubicada en los mapas de la época. Es conocida como la isla Pitcairn, ubicada en el Océano Pacífico. En tiempos muchos más recientes (años 70) en uno de mis libros de la época, se dice que gracias a los satélites artificiales geodésicos se descubrió ya obviamente en el siglo XX, que en el Pacífico había algunos islotes que estaban en realidad mal situados y con errores de varios kilómetros. No obstante desde entonces a la actualidad hemos progresado muchísimo más. La tecnología actual y entiendo que el sistema GPS (que podemos comprobar en nuestro teléfono móvil), nos indica nuestra posición en la superficie terrestre con errores de menos de 5 metros muy a menudo.

El asunto que muchas personas no parecen tener claro, es que la superficie terrestre (una esfera perfecta a muchos efectos), no es desarrollable como si lo es por ejemplo una caja de zapatos y por tanto para representar en un plano (dos dimensiones) superficies que son curvas ( y por tanto tienen tres dimensiones) y no desarrollables es preciso recurrir a lo que se conoce como proyecciones. Hay varios tipos, pero todas ellas suponen que en efecto hay una aparente deformación, aunque eso si (aquí está la clave) se determina mediante criterios y cálculos matemáticos. Es lo que se conoce como el módulo de deformación. A partir de este es posible saber la forma original del terreno, que se representa en un mapa o plano. Por tanto no es que el mapa esté mal confeccionado, lo que ocurre es que una misma realidad se ve desde distintas perspectivas.

El proceso de realización de los mapas es muy complicado y por ello no lo voy a explicar ahora, pero si insisto en que siempre es posible determinar la posición en el espacio de un punto cualquiera, a partir de los datos de un mapa si conocemos el proceso geométrico y matemático que implica la realización del mapa. Hay veces que las deformaciones son tan insignificantes, que no se pueden reflejar en el papel o en el plano en el que vemos el mapa. Por todo ello y como sabe cualquier topógrafo, una imagen cualquiera (un conjunto más o menos grande de puntos) se puede transformar en una larga secuencia de números, que indican de modo más preciso que los mapas a menudo la ubicación de esos puntos. Son las coordenadas y cotas.

Por otra parte hay que considerar que en zonas relativamente pequeñas de la superficie terrestre, es factible en muchos casos considerar que la superficie señalada es plana. Hay que tener en cuenta que en una circunferencia máxima terrestre, por cada 8 kilómetros de longitud el terreno se “hunde” 5 metros a efectos práctico, lo que es algo despreciable a muchos efectos. En estos casos es cuando supongo, que se utiliza la llamada proyección policéntrica, que en esencia viene a ser lo que técnicamente es una proyección ortogonal y si se prefiere lo que el ciudadano corriente entiende como una mapa o plano bien hecho.

En España los mapas modernos, es decir los realizados a partir del siglo XIX e incluso a partir del siglo XX, se han realizado utilizando principalmente dos tipos de proyecciones, conocidas como Lambert (la más antigua) y UTM que es la más reciente y que es la que aún se sigue utilizando en imágenes que se pueden ver en Internet. La primera de ellas se basa en la proyección sobre una superficie cónica y la segunda sobre una superficie cilíndrica. Ambas son obviamente desarrollables. De este modo un mapa viene a ser un pequeño fragmento, de un enorme cono o un gran cilindro que en principio envolverían al Globo Terrestre.

Hay muchos tipos de proyecciones. En el ámbito de la geología se utiliza mucho la denominada proyección estereográfica, si bien no para realizar mapas o planos digamos de uso habitual. En todo caso y esto es lo importante, hay que señalar que las proyecciones lo que hacen es representar el espacio mediante técnicas y artificios matemáticos que pueden hacer pensar al no experto que deforman la realidad, lo que no es cierto. Si lo es que por norma general, el ciudadano corriente, considera que un mapa o plano son correctos cuando están realizados mediante proyección ortogonal. Aquí es donde se produce la confusión, pues muchas personas afirman (sin razón), que las proyecciones que no son ortogonales representan mal o de modo incorrecto un espacio cualquiera.

Para que se entienda pondré un ejemplo. La fachada de un edificio  se ve de modo diferente según el punto de vista. Pensemos en una fotografía por ejemplo realizada situándonos frente al edificio y comparémosla con otra realizada desde las proximidades de una  de las esquinas del mismo. Las imágenes son distintas pero ambas son reales. Además hay una relación estrictamente geométrica y matemática, entre esas diversas imágenes. Esto es lo que ocurre con los mapas y por ello cuando se dice que están mal hechos o que no reflejan la realidad; se está a menudo diciendo algo incorrecto y que denota que quien lo dice no tiene conocimientos suficientes de cartografía y proyecciones. Este tema me recuerda a otro del que también he realizado algunas publicaciones, debido a que he visto afirmaciones de dudosa veracidad. Me refiero al asunto de la forma de la Tierra. Pese a algunas informaciones disparatadas en unos casos y más o menos confusas en otros; es una esfera que a muchísimos efectos prácticos es perfecta.

Podría extenderme mucho más hablando de la historia de la cartografía desde la época del Imperio Romano a la actualidad, pero lo dejaré para otra ocasión. Es mejor escribir poco y bien en vez de “aturullar” al lector con numerosos conceptos. No obstante para quien quiera reflexionar sobre este asunto, adjunto una imagen que me parece bastante idónea, para al menos intuir que es eso de las proyecciones en cartografía. Está tomada de una página de la Red (paratopografía.com/geodesia/ conceptos…) que por lo que veo está diseñada por Banana Fucsia. Sólo he visto por encima el contenido del artículo referente a las proyecciones en cartografía, pero parece bastante correcta. Esto es importante porque a menudo en Internet errores escandalosos.

  Madrid, 6 de noviembre de 2023

                                                           Rogelio Meléndez Tercero

 

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