No todo vale

Las cuentas generales, el presupuesto, del Estado está sobre la mesa de sus señorías del Congreso de Diputados y de la consiguiente comisión parlamentaria de hacienda para su negociación. No deja de ser paradójico que un Gobierno que echó a otro tras una moción de confianza, funcionara eternamente con las cuentas del saliente.

Para resolver tal paradoja, el presidente Pedro Sánchez ha ido, como acostumbra, al sentido pragmático de abrir los acuerdos y negociaciones con todo el arco parlamentario. Y sí. Ahí estaban ellos. Como los buitres en torno al animal moribundo, esperando el momento de debilidad para saltar por su presa, todos nosotros.

Al chantaje de los vascos y catalanes nos habíamos acostumbrado, rezungando, pero al final lo admitíamos como reglas del juego democrático pactado hace 45 años. Pero lo que jamás pudimos sosprechar es que desde el corazón mismo del sistema español se abriesen las piernas de par en par los enemigos de España, los de las pistolas y el coche bomba, los de casi mil muertos -entre ellos niños- por una no sé qué guerra de liberación del pueblo vasco. Sus verdugos acercándose a las cárceles de casa. Cuando se comprobó que la medida de dispersión dificultaba la organización de la serpiente y el hacha. El mundo al revés.

Los nacionalismos son, desde 1898, el gran problema de España. Derrocó reyes, acabó con repúblicas, provocó guerras fraticidas, agujerea como carcoma el entramado del sistema democrático del 78 y, si nadie lo remedia, provocará una ruptura entre la España vampirizada contra la chantajista. Los popes del centrosocialismo español no cesan de pedir cordura al actual líder del PSOE. De la misma forma y manera que la derecha se ha partido en tres: la centrada, la moderada y la ultra; la izquierda está secuestrada por su bancada más extremista y así, la historia lo demuestra, sólo se enquistan los problemas, las distancias posturales y se aniquila cualquier posición de diálogo. Podremos escuchar el verbo hablar, la mano tendida…pero será tan sólo una actuación de cara a la opinión pública faltando a la inteligencia de los ciudadanos.

Para ABC