No nos lo merecíamos

En el susurro del viento que acaricia nuestros rostros,

en la calma que hoy inunda nuestros corazones,

resuena la victoria de un pueblo unido,

que ha alzado su voz y ha vencido al despojo.

No nos lo merecemos, decíamos ayer

en defensa de nuestra tierra y de nuestra vida,

convirtiéndose en la fuerza que nos impulsó

a luchar con valentía y determinación.

Hoy, decidimos con gratitud en el alma,

que no nos lo merecíamos y celebramos el fruto de nuestra lucha,

por defender la vida, la tierra y el futuro,

de Castropodame y sus alrededores.

El desistimiento presentado para perpetrar la degradación,

es la prueba de que la unión y la determinación,

son la fuerza que transforma la adversidad en esperanza,

y convierte la amenaza en oportunidad de cambio.

Agradezco, a cada corazón valiente, a cada mano que firmó,

a cada voz que se alzó,

porque juntos hemos tejido un manto de protección,

alrededor de nuestros hogares y de nuestra herencia.

El esfuerzo dedicado, el empeño incansable,

han sido la luz que ha iluminado nuestro camino,

demostrando que, cuando nos unimos en un propósito común,

somos capaces de detener el avance de la injusticia.

Hoy, en esta tierra que respira alivio y esperanza,

agradezco a todos los que creyeron en el poder de la unión,

a todos los que sostuvieron la bandera de la dignidad,

porque gracias a vosotros, hoy celebramos la victoria.

Que este logro sea el inicio de un nuevo capítulo,

donde la comunidad y el respeto por la vida,

sean los pilares sobre los que construyamos nuestro mañana,

en armonía con la naturaleza y en defensa de nuestra esencia.

Con gratitud infinita y esperanza renovada,

seguimos adelante, unidos en el amor por nuestra tierra,

porque juntos somos invencibles,

y juntos escribimos la historia de un futuro mejor.

¡Castropodame, gracias por demostrar que el amor

y la unión todo lo pueden!