Mientras despedimos a un histórico del socialismo de Castilla y León en general y de León en particular, Antonio Losa, que fuera portavoz del Grupo socialista en las Cortes y mano derecha de Ángel Villalba; ahora todo el mundo replica como un coro grupal la caída de Luis Tudanca. “Que pase el siguiente”, parecen decir desde el PP de Castilla y León, a tenor de la historia política regional.
En esta última tragicomedia de la izquierda moderada, la social democracia, han tenido mucho que ver personalidades como Nicanor Sen, Virginia Barcones, Ana Redondo, Óscar Puente, Alfonso Cendón, Óscar López o el mismísimo Carlos Martínez, que ha rechazado en todo momento sustituir a Tudanca como candidato al trono socialista como reza el manuel de buen político. “Ya que me lo pide el partido e insisten los compañeros…”
Mañueco y todo su largo equipo no debería confiarse, pues la aparente base sólida que los sustenta también tiene sus peligros, a saber, el creer que todo está hecho o que viene dado por la inercia del poder ejercido institucionalmente tantos años. Un serio aviso fue la victoria, en minoría sí, pero triunfo del PSCyL hace dos elecciones. Que Tudanca actuase como un mirlo blanco frente a Ciudadanos con el que no supo coaligarse dejó al descubierto la línea de flotación del gran barco del PP. Lo que debe servir de lección para no creerse insumergible, siguiendo el símil marino del Titánic o el Bismark.
La existencia de una derecha radical que se mantiene en las encuestas electorales, hace de Vox un enemigo a la hora de compartir caladero de votos y un amigo en cuanto se necesita para gobernar, aprobar presupuestos y, en definitiva, subsistir.
La estrategia actual de radicalización del mensaje tanto en el PSOE como en VOX, parece dejar al PP el amplio espacio del mítico centro, que es donde se ganan las mayorías en este país. Si bien, ha quedado ampliamente demostrado que este sistema funciona a base de chantaje político un día sí y otro también cuando entra en escena una tercera fuerza, bien en Madrid con los nacionalismos, bien en Valladolid con Vox o los provincialistas que, lejos de desaparecer, siguen con presencia en las Cortes regionales. Tudanca despreció a los medios locales, algo que va contra la génesis de esta Comunidad.