Alfonso Fernández Mañueco se ha enfundado el traje de campaña en un ejercicio diario de intentar duplicarse como presidente de la Junta de Castilla y León y del Partido Popular regional a la vez. Una agenda infernal que delimita con sumo cuidado qué actos son oficiales y cuáles son estrictamente de partido. Difícil cuestión, pues al fin y al cabo, su imagen y su gestión se proyecta sin dobleces ante la opinión pública, la publicada y las consolidadas redes sociales que todo lo devoran rompiendo en mil añicos el paradigma tradicional de la comunicación.
Sí, sin duda, éstas van a pasar a la historia como las elecciones municipales de las redes sociales pues ya no habrá pedáneo, junta vecinal o candidato a rey de su casa que no cuente con algún perfil en la red. Por no hablar de la IA, que esa es otra historia.
Y en éstas la tradicional unidad del mensaje ha comenzado con el argumento: “si votas Psoe, votas a Pedro Sánchez”. Con ello se busca disparar al contrario por la línea de flotación, por su parte más débil, pues la marca del presidente del Gobierno, diga Tezanos lo que quiera, se encuentra en franca debilidad por los frentes abiertos en la política nacional, con revolución dentro del propio Ejecutivo. Feijó que comenzó en cambio fuerte, aparece ahora en un punto muerto que no puede ser otra que estar a la expectativa de acontecimientos y de resultados.
En los más de dos mil ayuntamientos de Castilla y León el Partido Popular presenta equipación. Los candidatos, como chicos con zapatos nuevos van presentando públicamente sus listas. En León Margarita Torres la arma un día sí y otro también. Al final sí hubo presentación, un tanto deslucida sin la presencia de Mañueco. En Ponferrada Marco Morala es una fuerte apuesta en un escenario incierto donde los pactos con las terceras fuerzas serán a priori claves. Ha sido en el Bierzo donde el PP quiere recuperar terreno y quizás la Diputación ante las cribas de candidaturas en las filas socialistas, pero no seamos ilusos, por ejemplo, en Bembibre, el cambio de cartel ha provocado dimisiones también. En un plano aéreo, se diría que el mayor reclamo por esas tierras es la comunicación, por carretera o tren, pero romper esa crónica maldición que lastra el progreso de la zona.