Las desventuras de San Pedro Castañero en el Bierzo durante la “francesada”, 1808 – 1814

San Pedro Castañero es un pueblo situado en el municipio de Castropodame, comarca de El Bierzo, en la Provincia de León. Hoy sigue conservando unas 120 casas distribuidas en dos barrios, la antigua escuela de primeras letras, la Iglesia parroquial (llamada de San Pedro) y cuenta con apenas 101 habitantes
San Pedro Castañero. / EBD
“San Pedro Castañero en la actualidad. Al fondo, a la izquierda, la localidad leonesa de Bembibre; más allá la Nacional VI y tras ella la Autovía A-VI”. / EBD

Hace ya más de una década mi colega berciano y compañero de carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de León, Manuel Olano (ratón de archivos y bibliotecas como el que suscribe) tuvo la gentileza de cederme un documento, inédito hasta aquel momento, procedente del archivo parroquial de un pequeño pueblo del Bierzo Alto en la Provincia de León, San Pedro Castañero. Esta localidad leonesa, aledaña a Bembibre, está emplazada cerca del antiguo Camino Real de Madrid a Galicia, trazado por el gran ingeniero militar Carlos Lemaur en el último tercio del siglo XVIII1. En la actualidad este pueblo sigue emplazado sobre la loma de una larga sierra, o páramo, a unos siete kilómetros, y a la vista, de la antigua Nacional VI y la más moderna A-VI.

Sabedor Manuel Olano de que mi especialidad de estudios era la época del cambio del siglo XVIII al XIX y en particular las Guerras Napoleónicas, me hizo saber de este pequeño pero excepcional documento. En el mismo, un párroco describe en apenas tres folios como aquel pueblo del noroeste de España y sus vecinos vivieron entre 1808 y 1813 la ilusión patriota y el duro despertar de sufrimiento y muerte que trajo la Guerra de la Independencia de la mano de la “culta y sabia” Francia, de su dictador militar del momento, Napoleón Bonaparte (uno de los grandes y geniales “hombres malos” de la historia de Europa) y de sus aliados y colaboracionistas, los españoles afrancesados.

Sin entrar en mayores profundidades, a lo largo de estas líneas podemos leer como este párroco español, don Diego Alonso, a los 16 meses de acabada la Guerra de la Independencia (y a apenas a los 3 meses de pasada la batalla de Waterloo) relata con sinceridad y crudo realismo (teniendo a las autoridades vecinales como testigos) aquellos seis terribles años. Gracias a sus palabras contemplamos desde la llegada a este pequeño pueblo leonés (para su desgracia enclavado a apenas una legua del Camino Real a Galicia) de los primeros ecos del Dos de Mayo madrileño, al comienzo de la revuelta patriota contra el invasor, la marcha de su mozos a la guerra a servir en el Real Servicio, las primeras batallas, la llegada de los franceses en enero de 1809 acompañando a la retirada hacia Galicia de las tropas españolas del Marqués de La Romana y de las británicas aliadas de sir John Moore, los saqueos del enemigo, la violencia, la muerte y la hambruna, en un continuo sufrimiento de la población civil que fue consecuencia de haber sido esta zona de España un frente de batalla entre el Ejército Imperial y el 6º Ejército Español entre 1809 y 1813.

Este documento fue incluido por iniciativa personal del autor de estas líneas en el Catálogo de la Exposición “Ciudades en Guerra, 1808 – 1814. León en la Guerra de la Independencia” 2 inaugurada en León en el 2009 por el Ministerio de Cultura del Gobierno de España y la SECC (Sociedad Estatal de Conmemoraciones Estatales) en colaboración con el Museo de León. Sin embargo, el catálogo no reprodujo la transcripción del documento original, sino solo unas fotografías (pequeñas) de las tres páginas del manuscrito. Es por ello que hoy aquí lo publicamos integro.

Reflexionar, por último, y no olvidar, las terribles desgracias que aquella guerra, causada por el Imperialismo Bonapartista, por la imbecilidad y cobardía de las Clases dirigentes españolas (que habían permitido la sumisión a la Francia Napoleónica y luego la propia invasión de España), junto con la complicidad del partido afrancesado, causaron en el Pueblo Español. Solo hay que leer el sencillo y estremecedor relato de los vecinos de San Pedro Castañero (reflejo de los miles de pueblos, aldeas y ciudades de España) para comprobar la miseria, la crueldad, el hambre, la destrucción y el dolor que causó aquella guerra, ganada a la postre por el patriotismo y mero afán de supervivencia del mismo Pueblo Español, de sus Autoridades civiles y eclesiásticas Locales y Provinciales, del Ejército Español y de los guerrilleros, únicos sujetos que mantuvieron la llama de la resistencia y de la dignidad frente a un poderoso invasor al que, al final, vencieron.

La localidad de San Pedro Castañero

San Pedro Castañero es un pueblo situado en el municipio de Castropodame, comarca de El Bierzo, en la Provincia de León. Hoy sigue conservando unas 120 casas distribuidas en dos barrios, la antigua escuela de primeras letras, la Iglesia parroquial (llamada de San Pedro) y cuenta con apenas 101 habitantes.

La Localidad aún conserva algunas edificaciones antiguas, en las que se pueden contemplar materiales de construcción utilizados en tiempos pasados como el adobe, la madera y la piedra, así como tejados de pizarra. Su clima, como el de la España interior es mediterráneo continentalizado con mucha influencia de los cercanos Montes de León, destacando sus fríos inviernos.

Tradicionalmente San Pedro fue un pueblo agrícola con buenas aguas y siempre destacó por seis productos de la tierra de excelente calidad: el vino, la manzana reineta, el pimiento, el botillo, la cecina y la pera. Además, como su nombre indica, tenía un gran número de castaños.

Transcripción íntegra del Manuscrito

“Relación que da el Pueblo de San Pedro Castañero

No firmó su merced que dijo no saber, hizo un testigo a su ruego,

Testigo a su ruego, Juan Parada.

Por los Regidores y Procuradores solo firmó por ellos el Procurador Síndico General Nicolás Alvarez. Cura Párroco actual del Pueblo don Diego Alonso, como fiel de hechos, Juan Alonso.

Relación que da el Pueblo de San Pedro Castañero, Provincia del Bierzo, Reyno de León, Corregimiento de Ponferrada y Bembibre de las cosas más notables acaecidas desde la entrada de las Tropas Francesas en España hasta su salida por fuerza en el año de mil ochocientos y trece. 3

Inmediatamente que las gentes de este Pueblo tuvieron noticia del motín sangriento de Madrid4, incorporados con todos los demás tomaron las armas todos los mozos capaces de manejarlas y se dirigieron a la ciudad de León y de allí a Medina de Rioseco a batirse con las huestes enemigas por primera vez y después sucesivamente hasta el día de hoy que los más de ellos aún permanecen el Real Servicio, a excepción de siete que perecieron en diferentes acciones. No se oía canción que Viva Fernando Séptimo, Viva la Religión y Viva la Patria. La uniformidad de Religión era la que a todos animó en los principios.

El 2 día de el mes de enero de 1809 principiaron a bajar las tropas francesas por este pueblo y otros para Galicia5; día a la verdad de confusión y terror ver un ejército tan formidable y vencedor por aquel entonces, robaron el Pueblo por aquella vez, sin que alguno de sus habitantes padeciera otro mal que el indicado, hasta el día de Reyes que al salir de la misa de dicho Pueblo se presentaron doce soldados del Norte 6 que intentaron robar al Señor Cura Párroco, que a la sazón lo era el Doctor Don Manuel de Reyes y Revilla, cuyo atentado defendieron los vecinos con tesón, y el resultado fue que al criado de dicho Párroco le clavaron los riñones con las bayonetas y a otro vecino le hundieron el cráneo y ambos murieron a los ocho días. En la tarde de dicho día vino una partida de franceses y rompiendo las puertas de la Iglesia Parroquial se llevaron dos cálices de plata, dos juegos de vinajeras, el copón, dejando en el pie del altar las formas pisadas, dos coronas con sus rastrillos de dos imágenes de nuestra Señora, el vestido de terciopelo de la Dolorosa y diez albas finas con sus ceñidores, yamitos, y derrotados todos los cajones donde se custodiaban estas y otras alhajas.

Desde el primer día que principiaron a pasar las tropas francesas para Galicia hasta finales de marzo del mismo año nueve jamás faltaron del Pueblo cada segundo día la partida que quedó en el Portazgo de Torre7; y unos días llevaban dos carros cargados de pan cocido, vino, perniles y gallinas y otros días uno. Unos días venían muy pacíficos y otros no había resistencia que los tolerase, hasta que por fin reunidos los paisanos de este y otros pueblos, los echaron de allí, de Bembibre y de Congosto.

Cuando bajó Kellerman a socorrer a los que estaban en Galicia los de este Pueblo junto con los de otros se fueron al dicho lugar de Torre a esperar aquella División, y les cogieron la piara de bueyes, mataron un sargento y un soldado, y la División retrocedió una legua y se detuvieron desde las cinco de la tarde hasta las diez del día siguiente.8

Cuando Ney se retiró de Galicia vengó bien su saña en este pueblo y otros muchos pueblos9. A este llegaron el 27 de junio de 1809, entraron como dos mil hombres, poco más o menos, talando todas las mieses y demás campos, y en primer lugar saquearon el Pueblo y enseguida mataron al Sr Cura después de haberle llevado dos veces cargado de vino para Bembibre, le tiraron tres balazos, dos le pasaron el vientre y otro el pecho, diéronle seis puñaladas, todas mortales y después de tan cruel inhumanidad unos le daban incienso con las pajas del rastrojo, otros le leían un Misal. Enseguida cogieron a don Carlos Alvarez presbítero, entre los centenos, trajéronlo a puntillazos, lo introdujeron en la casa de dicho párroco y le quitaron la vida de un balazo sacándole la lengua con sus agallas. Sucesivamente mataron otros siete hombres del Pueblo sin mayor delito que el haber quedado custodiando sus casas, y con estos una mujer forastera; concluido esto incendiaron el Pueblo por cuatro partes, el que ardió casi todo; y lo que se había retirado a los montes todo cayó en sus manos, bueyes, ropas, yeguas, mulas etc., sin perdonar a las mujeres que encontraron, peor que las mismas fieras. Veían estos infelices arder sus casas sin poder aproximarse a apagar el fuego, hasta que el día 29 marcharon los franceses y visto esto corrió la voz por los montes, de unos a otros y se volvieron al Pueblo muertos de hambre y sed y no hallaron quien los socorriese en situación tan deplorable.

No lloraban ya la pérdida de sus casas y haberes, sino el no saber de sus hijos. Consolábanse solo con decir:

¡Como no vuelvan estamos contentos!

Y no miraban que siendo labradores les faltaban las yuntas y carros para poder cultivar las tierras de sus labranzas; de setenta y seis yuntas solo se reservaron doce.

Siguieron viviendo todos en el Pueblo sin saber donde se albergaban por la noche a diez y doce vecinos juntos, sin más ropa que la que traían sobre si porque solo cuatro reservaron la ropa de sus camas.

Agrégase a esto el tener que concurrir con raciones de todas clases y bagajes para las Tropas Españolas10. Hubo ocasiones de tener que concurrir a cinco Cantones y como no era fácil dar cumplimiento en todos eran tantos los apremios como el principal.

De esto era necesario que resultase un hambre general, como en efecto resultó en el año de mil ochocientos once. En este Pueblo fue de tal manera que después de haber llevado a vender a las Asturias todo cuanto pudieron y tenían, se hallaban por las calles todos tirados sin poderse tener en pie desde el más viejo hasta el más mozo. Ya no comían sino malvas11, ortigas, hoja de roble y tallos de zarza; catorce murieron de necesidad y otros muchos de resultas de los malos comestibles. No por eso dejaban de contribuir para las Tropas Españolas con raciones de todo género, bagajes, retenes y otras contribuciones además de las acostumbradas y hasta ahora no han recibido sino los malos tratamientos de los soldados que llegó a tales términos que no podían ir los hombres con sus ganados y tenían que mandar a las mujeres y sus hijas.

Qué días tan aciagos y de amargura sufrieron todas las gentes.

Por fin todo se les ha olvidado con la venida de nuestro Suspirado Rey Fernando Séptimo, que Dios Guarde, a quien pedimos todos le conserve en su amistad y gracia y le comunique sus luces para el desempeño de sus obligaciones y bien de sus amados Vasallos.

San Pedro Castañero, y Septiembre, 18 de 1815”

Detalle del “Mapa del Partido de Ponferrada, que suelen llamar regularmente Provincia del Bierzo”, Autor: Tomas López, Año de 1786

1 Olano Pastor, M. I (2015) El Ingeniero Carlos Lemaur en el Bierzo (1764 – 1778) [Astorga], Centro de Estudios Astorganos Marcelo Macías, Cuaderno 32.
2 García Fuertes, A., “La Guerra de la Independencia en la Provincia de León, 1808 a 1813” [Madrid], pp. 201 – 216.
3 Archivo Parroquial de San Pedro Castañero. Relación que da el Pueblo de San Pedro Castañero, Provincia del Bierzo, Reino de León, Partido de Ponferrada, en 1813 de la pasada guerra con Francia. Debo el conocimiento de este documento al historiador y amigo Manuel Olano, Director del Museo Municipal de Bembibre.
4 El famoso Dos de Mayo de 1808.
5 Las fuerzas francesas que invadieron Galicia desde Astorga en enero de 1809 se componían de dos Cuerpos de ejército imperiales, el II del mariscal Soult y el VI del mariscal Ney.
6 Debemos de deducir que eran soldados del Ejército Imperial del norte de Europa, es decir, no franceses (en el II Cuerpo de Soult había soldados alemanes de infantería y caballería hannoverianos).
7 La cercana localidad de Torre del Bierzo en el Camino Real entre Bembibre y Astorga, a 15 kilómetros de San Pedro Castañero.
8 Esta acción del general Kellerman desde Valladolid y Astorga fue emprendida para restablecer las comunicaciones con las tropas francesas del mariscal Ney aisladas en Galicia desde que el 17 de marzo las tropas españolas del Marqués de La Romana lograron contraatacar y tomar Villafranca del Bierzo rindiendo a su guarnición francesa (el tercer batallón del 6º ligero), cortando así el Camino Real de Castilla con Galicia.

García Fuertes, A. (2009) “El Inicio de la Guerra de la Independencia en el Bierzo. Tropas bercianas durante el conflicto, 1808 – 1811”. Revista del Instituto de Estudios Bercianos, nº 34, pp. 7 – 52; Diciembre de 2009. Monografía sobre la Guerra de la Independencia [Ponferrada.
9 Derrotadas las fuerzas imperiales del mariscal Ney en Galicia (gracias a las acciones guerrilleras del pueblo gallego y a las batallas de Santiago, Lugo y Puente San Payo dadas por las fuerzas regulares del Marqués de La Romana) y en Oporto las del mariscal Soult por las fuerzas británicas y portuguesas, los franceses abandonarían Galicia el 26 de junio para no regresar nunca más; treinta y un pueblos del Bierzo fueron entregados a las llamas por el ejército francés derrotado en su retirada hacia Astorga (causando docenas de muertos).
10 A partir de 1810 el Bierzo se convirtió en la retaguardia operativa del nuevo 6º Ejército Español que defendió la línea de cumbres de los Montes de León atacando, cuando podía, las tierras llanas de León. García Fuertes, A. (2017) No sin Nosotros. La Aportación Militar Española a la Victoria Aliada en las Campañas de 1811 y 1812 de la Guerra Peninsular [Madrid].
11 Planta de la familia de las malváceas, con tallo áspero, ramoso, casi erguido, de 40 a 60 cm de altura, hojas de pecíolo largo, flores moradas y fruto con muchas semillas secas. Es planta abundante y muy usada en medicina, por el mucílago que contienen las hojas y las flores.

Arsenio García Fuertes

Doctor en Historia

Academia Argentina de Artes y Ciencias de las Comunicación

Foro para el Estudio de la Historia Militar de España

Dedicado al Historiador berciano y Amigo, Manuel Olano Pastor

Director que fue del Museo del Alto Bierzo de Bembibre

Y a los Vecinos de ayer y de hoy de san Pedro castañero

Detalle del “Mapa del Partido de Ponferrada, que suelen llamar regularmente Provincia del  Bierzo”, Autor: Tomas López, Año de 1786
Detalle del “Mapa del Partido de Ponferrada, que suelen llamar regularmente Provincia del Bierzo”, Autor: Tomas López, Año de 1786. / EBD