¡Larga vida a Laciana Digital! 

“Cuidado con lo que deseas porque se puede convertir en realidad”. Esta frase ha sido como un mantra para mí. Yo, que de pequeña soñaba con ser redactora, va la vida y me concede el deseo, durante nada más y nada menos que diecisiete años.

Hoy cierro esta etapa de mi vida, por voluntad propia. Digo adiós a ese sueño hecho realidad, de manera casi vocacional, que tantas alegrías y que tantos desconsuelos me ha dado.

Peleé por mi sueño, sin dejar que nada ni nadie me lo arrebataran. Me equivoqué, mil veces. O incluso más.

Por el camino perdí a mucha gente pero al final la vida te enseña que cada cual elige dónde quiere estar. Que la palabra gratitud a veces se vende muy cara. Que las piedras te ayudan a construir paredes y que no hay mejor arma arrojadiza que el silencio, porque el silencio no significa cobardía sino paz. Que las críticas, cuando son constructivas, ayudan a crecer. El resto no. Por eso es tan importante ser filtro y no esponja.

Hoy me voy con la cabeza muy alta, sabiendo que he dado lo mejor de mí misma. Sabiendo que los sueños a veces se cumplen y que el periodismo será siempre mi pasión. Que amo mi tierra, mi valle. Que me siento inmensamente orgullosa de ser lacianiega y que desde estos lares siempre he hecho todo lo posible por visibilizar la comarca y sus bondades.

Hoy elijo otro camino, otro camino muy distinto en el que las manos que me sujetan son muy pequeñitas pero llenas de amor. Elijo el camino que inicié con dieciocho años cuando opté por la rama de la educación. Vuelvo al redil. En realidad ya volví hace unos meses. No me equivoqué porque nuevamente puedo decir que trabajo en lo que amo. Y eso es un privilegio.

Los que me quieren bien ( y también mal) se alegrarán de esta decisión. Yo me quedo con lo bueno de estos diecisiete años de profesión. Sobre todo con esas noticias tan emocionantes de nuestros lacianiegos triunfando por el mundo.

Me voy agradecida a Laciana Digital por haber confiado en mí y haber contribuido a hacer realidad mi sueño.

A vosotros, mis lectores, GRACIAS INFINITAS. Sois el motor de este barco. Sin vosotros nada sería posible. No os bajéis, seguid leyendo. Os dejo en buenas manos. ¡Larga vida a Laciana Digital!

Patricia Castro 

(suerte Patri y gracias, el editor)