A la Virgen de la Encina

Todos y cada uno de los que hacemos posible El Bierzo Digital-Diario del Bierzo, el periódico on line más veterano de la comarca, también queremos rogarle a la Virgen de la Encina, nuestra patrona, para que nos eche a todos una mano en los obstáculos y problemas pendientes.

El primer y único ruego: optimismo. Porque solo con la fuerza del optimismo se puede llegar a cualquier lugar al que uno se proponga. Estamos sumidos en las consecuencias de una crisis económica que dura ya demasiado tiempo por estas tierras de interior. Una situación que ha dejado sin empleo a miles de trabajadores y sin empresa a cientos de emprendedores. Y si nuestros representantes públicos no se mueven lo suficiente o no se ponen de acuerdo para llamar  a las puertas de las instituciones, tenemos que ser nosotros, el pueblo democrático, el que con nuestra actitud positiva iniciar un estilo de afrontar las adversidades que dejen atrás los victimismos comparativos con otras tierras,  con la cultura de la subvención y las ayudas,  con el dejar a otro que se arriesgue mientras yo me quedo en casa esperando a que escampe.

El Bierzo tiene material, recursos y personas suficientemente valiosos para salir adelante. Admitámoslo de una vez, ni la minería volverá a ser el centro de nuestras vidas, ni  podemos depositar todas nuestras esperanzas en la agroindustria y el turismo del ocio como panacea a nuestros endémicos males estructurales. Hay que salir, conocer, empaparse de conocimientos y experiencias, volver e innovar, defender lo que es bueno y productivo, dejar atrás el empecinamiento de posturas que no conducen a nada, crear y comenzar en una sociedad cambiante atendiendo sus necesidades reales y no a lo que nos gustaría ofrecer a un mercado que ya no existe.

camellos

No vale la tutela del Estado. Ni tutelas ni tu tía, que decía cierto político nacional conocido. Lo público puede dar un pequeño impulso inicial, velar por el cumplimiento de la legalidad, pero no es la solución. En EBD no creemos en una comarca donde todos seamos o empleados públicos o personal sometido al devenir de las administraciones. Una sociedad libre, es una sociedad independiente. Cuantos más emprendedores, más negocios, más pequeñas y medianas empresas, más fuerte es esa sociedad en general. Aspirar a la prejubilación, al subsidio de desempleo, al salario mínimo de inserción a la prolongación de tal o cual ayuda como modelo de vida es condenarse la persona y a la tierra que habita. Hay que despolitizar las asociaciones de la sociedad civil. Empezando también por despersonalizar los egos y plataformas personales de las múltiples asociaciones empresariales existentes.

Bruselas, Madrid, Valladolid o León podrán diseñar estrategias de desarrollo para los lejanos lugares que administran. Bienvenidas sean todas las ayudas e incentivos. Pero tenemos que empezar por nosotros mismos, por valorarnos. Es, simple y llanamente, la fuerza del optimismo.

¡Viva La Virgen de la Encina! ¡Viva el Bierzo!

Fdo. El editor