La memoria histórica y la mente racional (II)

Si la historia ha de escribirse con mente racional, es evidente que ha de ser cuantificada, es decir reducida en última instancia a un conjunto de cifras más o menos extenso. Toda información disponible es poca. Son muchas las personas que con la mejor voluntad del mundo, al hablar de la historia reciente se remiten a sus recuerdos o a lo que recuerdan de lo que sus padres, tíos, abuelos… les contaron a su vez fruto de sus recuerdos. Esta práctica tan corriente conduce inevitablemente a distorsiones más o menos grandes de la veracidad de lo que se pretende contar.

Incluso y por extraño que parezca, en el proceso de copiado de unos documentos a otros también se producen (aunque entiendo que en menor medida) esas pequeñas distorsiones. Lo he podido comprobar personalmente en viejos documentos y además otros investigadores como por ejemplo Jesús García y García (“Pueblos y ríos bercianos. Significado e historia de sus nombres”), también han sido conscientes de ello. Incluso y según recientemente me ha comentado otro estudioso, José María Fernández Criado (“Lito”) resulta que ya en el siglo XVIII el conocidísimo historiador Enrique Fernando Flórez (El Padre Flórez), al visitar el Archivo de Astorga en aquellos lejanos tiempos, se dio cuenta de este problema.

Al analizar la crispación y violencia que hubo en España en los años 30 y 40 del siglo pasado, hay que contar los hechos que tuvieron lugar (todos) y evaluar si es posible con números cada uno de ellos. Para ello es preciso dejar constancia de todos los sucesos que sea posible, sabiendo que no obstante, sólo serán una muestra más o menos representativa de una situación general. Esto supone una cuantía de información que sobrepasa los límites de un corto artículo como este. Por ello lo que pretendo hacer es únicamente un “resumen resumido” de una serie de noticias de las que dispongo en este momento y me ocuparé solamente del período previo al 18 de julio de 1936.

 

LA ETAPA DE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA

La situación de crispación que se vivió en España en los años 30 (especialmente en 1934 y en los años de la guerra civil y en los inmediatos posteriores), tiene su reflejo también en la historia local.  Lo ocurrido en El Bierzo en parte ya se ha publicado desde hace años. Me refiero a los sucesos de Bembibre en octubre de 1934. También y aunque seguramente menos conocidos son los hechos acecidos en Rodanillo el 7 de octubre de 1934, que no obstante fueron publicados por Benito González González en 2010 y posteriormente recordados por David González Hernández, en una publicación suya en “Bembibre Digital” de fecha 4-11-2024. Originalmente quedaron reflejados por escrito de la mano del párroco de Rodanillo, Clemente Arias Rodríguez. Se refieren a la llegada de “revolucionarios” en concreto mineros, que cometieron una serie de actos vandálicos, (que se describen) contra bienes de la iglesia y además realizaron una serie de actos ofensivos. No hubo heridos, ni fallecidos y tampoco se quemó la iglesia aunque hubo al menos tentativa o intención de hacerlo.

Según noticias facilitadas por “Toño” Marqués en Villaverde de los Cestos antes del 18 de julio de 1936, hubo actitudes hostiles hacia la religión y la ideología de derechas. Están en parte reflejadas en libros parroquiales de la época y que además se recuerdan por transmisión oral. Hubo intención de quemar la iglesia, pero finalmente lo único que se quemó fue una cruz que había en la fachada de la iglesia; que fue llevada a una calle hoy llamada Calle de los Maestros (entonces calle Las Cancillas) y allí destruida de ese modo. Por miedo no se adoptaron medidas contra los autores del hecho, que no obstante eran bien conocidos.

Sería interesante comprobar detalles sobre una noticia (me llegó por transmisión oral) según la cual en aquellos años previos al 18 de julio de 1936, un grupo de “exaltados” se encaminaron en un camión al convento de San Miguel de las Dueñas, con el ánimo de quemarlo y se detuvieron a su paso por Almázcara, cometiendo una serie de actos poco edificantes, como beber sin control e imitar a un ejército  indisciplinado, circunstancia esta que un señor de Onamio llamado David (que no era partidario de llevar a cabo tal acción), aprovechó para escapar. Conocía algo el pueblo de Almázcara porque allí vivía una novia suya o algo similar. El Sr. David precitado fue quien me lo contó. El investigador Cándido Guerrero Folgado (natural de Onamio), me ha comentado que en efecto esa noticia es cierta y que los “revolucionarios” pidieron a las monjas que abandonasen el Monasterio, a lo cual la Madre Abadesa se negó y ahí se terminó el incidente.

Conozco alguna noticia al respecto referente al Municipio de Molinaseca, que hace referencia a la crispación política vivida en esos años previos al estallido de la Guerra Civil. En concreto a supuestos ataques al Ejército, a la Iglesia y a la izquierda política. Asimismo a proclamas en favor del comunismo (Rusia) y a la Revolución de Octubre de 1934 (Asturias).

Los datos que mejor conozco son relativos a Castropodame y proceden de varias fuentes. Entre estas las memorias de José Manuel Reguero Prieto, hombre este que ocupó diversos cargos en la política local (alcalde y concejal municipal y alcalde pedáneo) ya finalizada la Guerra Civil y que mostró gran interés por conservar la historia del pueblo; tanto que dejó escritos de su puño y letra unos extensos apuntes al respecto. Tanto su hija Mª. Olvido Reguero Fernández, como su nieto Miguel Ángel Pardo Reguero han tenido a bien conservar esos escritos, que son de gran valor para la memoria colectiva del pueblo y contrastados con otros, son importantes para tener una idea general del ambiente político en Castropodame y su entorno durante la II República Española. En ellos se alude a la tensión política vivida entonces.

Había por ejemplo un enconado enfrentamiento entre el Alcalde del Ayuntamiento Emilio Martínez (de las derechas) y el Secretario Municipal, llamado Dictino González. El asunto derivó en una suspensión de empleo y sueldo para el Secretario, que no obstante recurrió su sanción y tras ello el Ayuntamiento de Castropodame, tuvo que readmitirlo y además compensarle por los daños injustamente causados. Así lo dispuso la Justicia, que castigó al Alcalde al entender que había acusado al Secretario sin pruebas. Fue una historia un tanto “rocambolesca”, cuyo trasfondo debían ser, las desavenencias entre el alcalde y el secretario. Hubo una serie de algaradas e insultos motivados por cuestiones políticas e incluso una tentativa de quemar la Casa Consistorial. También ataques a la Iglesia, que dieron lugar a tener que suspender la misa en la Fiesta de San Bernardino, debido a presiones de personas de ideología de izquierdas, que en algún caso eran de Villaverde de los Cestos, posiblemente los mismos (supongo), que querían que los obreros que trabajaban en la carretera que se estaba construyendo ( Bembibre-Castropodame) fuesen censados en el  Centro Obrero. Entiendo que este sería el creado en Castropodame y que lógicamente era de ideología izquierdista.

Los documentos (cuentas) de la Junta Administrativa de Castropodame, incluyen alguna noticia curiosa e incluso simpática, como el gasto de 5 pesetas (11-12-1931) efectuado por la misma, para que los mozos conmemorasen la elección del Presidente de la República Española. Menos simpática aunque si curiosa, es otra noticia (transmisión oral solo), según la cual ese mismo Presidente de la citada Junta Administrativa (era mi abuelo), en cierta ocasión le dijo al Sr. Cura de la localidad que no le quería ver más “de espantajo” por las calles. El cura dijo al alcalde pedáneo que quien le mandaba dar esa orden y el alcalde contestó que Alcalá-Zamora. Este hombre fue un destacado político, presidente del gobierno republicano y Presidente de la República Española; pero era favorable a la religión Católica, por lo que sospecho que en esa noticia de transmisión oral (suele suceder) debe haber algún tipo de error.

Además hay constancia de una recomendación que el 24 de septiembre de 1934, hace el Ayuntamiento de Castropodame al alcalde pedáneo de esa localidad, para que convoque al concejo público y haga saber al vecindario que hay que observar un buen comportamiento y corrección con las tropas del Ejército, que a finales de ese mes estaba previsto que estarían en el pueblo. La presencia de las tropas en el pueblo se produjo en efecto y no hay constancia de incidente alguno, si bien la advertencia quizá estaba motivada, porque el ayuntamiento temía que pudiera haberlo.

Además en el Archivo Histórico Municipal de Castropodame, hay documentos (correspondencia del año 1936), que hacen referencia a las tensiones existentes en Turienzo Castañero y en Villaverde de los Cestos motivadas por enfrentamientos de algunos vecinos con la religión. El alcalde del Ayuntamiento de Castropodame, llegó a negar autorización para una procesión en Turienzo Castañero, porque varios vecinos de esta localidad habían formulado denuncias contra la misma. Era previsible que hubiese incidentes si esta se celebraba.  En Villaverde de los Cestos hay constancia de problemas más graves. El párroco de la localidad se llegó a quejar (mayo y junio de 1936) al gobernador provincial porque había sido obligado a abandonar la casa parroquial y le prohibían el ejercicio del culto y trataban de incendiar la iglesia. También de persecuciones y amenazas de las que son objeto varios vecinos. El gobernador civil de la provincia de León, se mostró contrario a estos hechos y dio órdenes para que no se produjesen.

No obstante no me consta que en el Municipio de Castropodame, se quemase iglesia alguna. Si hubiese sido así y como sucedió en otras localidades, el recuerdo de este suceso no podía haber pasado inadvertido.  Es más según transmisión oral (José Manuel Reguero Prieto) en aquellos años el Presidente de la Junta Administrativa, José Tercero Fuente reunió al concejo público, para pedir que las personas de ideas izquierdistas, fuesen a los caminos de entrada al lugar para persuadir a quienes llegasen  al pueblo con intención de quemar la iglesia, que no lo hiciesen, señalando que si no se quería destinar al culto, que no se destinase, pero que se respetase su integridad.

Este hombre que como dije era mi abuelo, creo que tenía ideas de izquierdas, aunque también era proclive a las prácticas religiosas. Ya en época de Franco eso si. No obstante, en diciembre de 1932 y en público dijo que todos los que pertenecían al Partido Radical Socialista (de Castropodame), eran unos “rateros”. Por este motivo fue emplazado a concurrir a un acto de conciliación (enero de 1933) en el juzgado municipal de Castropodame, pedido por su convecino Nemesio García, (destacado miembro de la citada formación política) que se consideró lógicamente agraviado por ello.

Quizá mantuvo pues una línea política, no muy extremista y fue este el motivo por el que el Alcalde Pedáneo de Castropodame, durante la II República (años 1931 a 1936), fue respetado por lo que yo conozco, por las autoridades surgidas tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936. De hecho el 30 de agosto de ese año, aun continuaba en su cargo, aunque el Alcalde del Ayuntamiento, el ya precitado Nemesio García, ya había sido forzado a abandonar su cargo y detenido. Su trágico destino final lo veremos en el siguiente artículo.

Advierto no obstante que voy a huir todo lo posible de valoraciones políticas personales. A mi edad y tras décadas estudiando la historia de la Humanidad. He llegado al convencimiento de que ideas políticas exacerbadas y creencias religiosas ( sean cuales sean) que se aceptan como verdades, a menudo nublan la mente racional de las personas.

 

Bembibre 9 de abril de 2025 // Rogelio Meléndez Tercero

 

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