Golpe a la Democracia

El pacto suscrito por todas las fuerzas políticas, incluidas el Partido Comunista y los principales nacionalistas, en 1978 se ha roto. La Democracia, ese sistema de gobierno que costó una República en contínua crisis y 39 años de Dictadura se ha volatilizado. Ya no hay ninguna ley escrita que no pueda ser incumplida o reformada bajo criterios espúreos, consignas partidistas o personalistas, como es el caso que nos ocupa. Nunca el Senado ha llegado a ser la cámara de las regiones autonómicas como factor corrector al de población en la mayor representación poblacional en el Congreso de los Diputados, ni nunca habían saltado por los aires todo acuerdo no escrito entre las fuerzas políticas españolas.

El revisionismo historicista para hacer vencedores a uno de los bandos hermanos y la lluvia de millones a movimientos de extrema izquierda, de ideología de género, personas provenientes de otros países, la eliminación de cualquier cosa que una y fortalezca al Estado español y a sus ciudadanos comenzó con ZP. Pero lejos de ser un presidente que parecía un buen paisano leonés, con ese con el que te irías de cañas, sobrevino toda una revolución social y una crisis económica que se negó hasta el último momento. Al PP le tocó bailar con la más fea: recortes y más recortes, salvar a la banca -algo que nadie puede vender como justo- todo con tal de no ser intervenidos, fue el momento de una debilidad que los independentismos han aprovechado para llegar mucho más allá que la fuerza de las bombas de ETA y el clan de los Pujol llegaron. El denominado “procés” aún sigue vigente más que nunca a costa de recortar la libertad al resto de los españoles, someter a todos los poderes y vaciar las arcas del Estado, de todos. Y así, de rodillas por unos pocos votos que mantengan en el poder a Pedro Sánchez y sus allegados, hemos llegado a la prácticamente independencia económica y a la ruptura de la solidaridad entre regiones. Ya sólo nos queda rogar a que la izquierda moderada, que es la mayoritaria, se plante y frene esta venta de nuestra Democracia. Ni el Legislativo, ni el Judicial, ni los medios de comunicación pueden hacer ya mucho más.

ABC