Fondos europeos atascados

La noticia ha pasado sin mayor gloria en los periódicos con páginas en color salmón y en las secciones de economía en el resto de medios. Sin embargo, el hecho demuestra en sí que la Unión Europea es un gigante constipado por la burocracia y que nuestras administraciones públicas le siguen de cerca entorpeciendo la libre circulación de dinero, productos y empresas en general en el marco continental. De los 28.500 millones de fondos de la UE tan sólo se han concedido 9.300 millones de euros. La causa de este retraso se atribuye al “atasco burocrático” del Plan de Recuperación.

 

Nuestro Gobierno central anuncia a bombo y platillo que se está cumpliendo con los compromisos que Bruselas exige para acceder a los fondos, pero la realidad es que tan sólo el Kit Digital para las pymes está al día, el resto siguen atascados en los problemas burocráticos. Los analistas señalan a la falta de personal cualificado para gestionar estos trámites en las administraciones locales. También otra causa, al parecer, los proyectos de más envergadura económica cuentan también con mayor tiempo de realización y, por tanto, de tramitación abierta.

 

Pero sólo nos estamos refiriendo al Plan de Recuperación y Resilencia. Hay otros fondos europeos, muchos más, los cuales aparecen y desaparecen en el discurso político como los conejos en la chistera del mago. Ahora sí, ahora no. Y las cifras comienzan a marear y a perderse en las salas de prensa y pasillos parlamentarios.

 

Las conclusiones que un ciudadano de a pie puede sacar en vista de todo esto no son otras que pensar que el dinero en determinados niveles y ambientes sobra, sin embargo, nunca llega en su debida forma y tiempo a las empresas y a los contribuyentes que lo necesitan. El entramado legal es tarea ardua de la que declinan complicarse la vida cada vez más emprendedores y pequeñas empresas. A pesar de las grandes campañas de información son siempre determinados especialistas gestores y personal dedicado al estudio de esos temas concretos los que pueden enfrentarse al morlaco burocrático.

 

En Castilla y León tenemos un gran problema con la despoblación. El soñado maná europeo tiene que ir preferentemente destinado a situar en el siglo XXI a las nueve provincias y media. Y tan sólo ello se puede lograr con unas comunicaciones modernas y unos servicios a un click de distancia.

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