Con apenas 40 años, Ester Muñoz encarna el nuevo rostro —joven, combativo y preparado— del Partido Popular en el Congreso. Su nombramiento como portavoz parlamentaria, en sustitución de Miguel Tellado, no es solo un relevo generacional, sino un movimiento calculado de Alberto Núñez Feijóo para reforzar el perfil más duro y directo de la oposición en una legislatura marcada por el desgaste del Gobierno.
Nacida en León y formada como abogada, Muñoz ha escalado posiciones con una mezcla de convicción ideológica, lealtad interna y eficacia técnica. Desde sus inicios en Nuevas Generaciones hasta su paso por el Senado, la Junta de Castilla y León y la dirección nacional del partido, ha sabido ganar peso en cada espacio que ha ocupado. Pero es en la arena parlamentaria donde ha desplegado su auténtica fuerza: un discurso directo, sin titubeos, que conecta tanto con la militancia como con los votantes desencantados con el rumbo del país.
Muñoz no es una portavoz “florero”. Ha demostrado capacidad de réplica, fondo político y una particular habilidad para moverse en el terreno de la confrontación ideológica. En debates sobre violencia machista, sanidad o gestión de emergencias, ha elevado el tono con firmeza, pero sin perder el control. Su estilo recuerda al de Tellado, sí, pero con una carga más técnica y un perfil más institucional.
Su nombramiento llega en un momento clave: con la maquinaria electoral de 2026 en marcha y un PP que necesita cohesión interna y proyección externa. Feijóo busca en Muñoz una portavoz que combine claridad en el mensaje con dureza en el fondo, sin caer en el histrionismo que a veces ha penalizado al partido.
Habrá quien la vea como una apuesta por la bronca, pero lo cierto es que Muñoz aporta algo más valioso: convicción serena, conocimiento del terreno y voluntad de disputar cada voto desde la tribuna. No es solo una portavoz; es una apuesta de futuro.
ABC
Joder… menudo publirreportaje.
Qué contento estás….
Lo MALO es MALO.
Si es verdad es un personaje para el futuro 2035 que es el futuro de la fusión
PPy Vox