Esperando a Ciuden

Desde diciembre de 2018, cuando el secretario de Estado de Energía anunció en Ponferrada la esperanzadora noticia de que Ciuden se transformaría en el ‘eje para el desarrollo del Bierzo y las comarcas mineras’, poco se ha movido, o eso es lo que parece, en la ‘casa de los líos’ en la que se ha convertido la fundación.

Un ERE que afectó a más de dos terceras partes de la plantilla, el abandono de las oficinas de Compostilla I tras la importante inversión para recuperar el edificio y la eliminación de proyectos, reduciendo al mínimo la actividad, conformaron a partir de 2012 la escabechina realizada por el exministro José Manuel Soria en el proyecto puesto en marcha en su día por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Si bien es cierto que en los últimos tiempos del Gobierno ‘popular’ central la Junta de Castilla y León se rebeló contra la actuación del Ministerio de Energía, también lo es que lo hizo demasiado tarde. Pero, tal vez, como al fin y al cabo lo hizo, los candidatos ‘populares’ a las distintas administraciones, en las recientes campañas electorales, no han tenido reparo en defender a Ciuden como uno de los pilares del futuro del Bierzo, a pesar de que fue su partido el que le pasó por encima cual bulldozer. Si la Junta decía ahora que el proyecto era bueno, pues a cambiar de criterio, debió pensar alguno de los que precisamente en su día lo defenestraron y lo criticaron duramente, con bulos como los de que el hijo de Felipe González trabajaba en las instalaciones y otras muchas ‘leyendas urbanas’.

Y después de este recordatorio, que es lo menos que se merecen todas las personas que debido al ERE se quedaron en la calle y que incluso en algunos casos tuvieron que abandonar el Bierzo con su familia, vamos al momento actual. ¿Está ya listo ese plan estratégico seis meses después de anunciarlo? ¿Cuáles van a ser los nuevos proyectos tecnológicos y científicos de la fundación una vez que la captura de CO2 se acabó? ¿Qué va a pasar con el Museo? El nuevo director, Arsenio Terrón, viene apuntando algunas ideas que, sin embargo, van cambiando sobre la marcha para desesperación de los trabajadores (la lucha de algunos por situarse a la ‘derecha’ de los últimos directores y por el poder ha enfrentado a la plantilla) y, no lo olvidemos, de los habitantes del Bierzo.

Está claro que Ciuden no podrá poner en funcionamiento  toda su máquina hasta que haya un nuevo gobierno y unos presupuestos generales. No obstante, la ciudadanía agradecería un poco más de agilidad e información sobre ese gran proyecto que se anuncia como uno de los revulsivos de la comarca. Y es que algunos ya piensan que la espera por una Ciuden efectiva -su proyecto se inició hace más de una década-  va camino de convertirse en la de Godot.