Visto el cartel y el presupuesto, a cualquiera se le ocurriría pensar que la obra
que se anuncia estaría sometida a un riguroso control de calidad, por ello
asombra que, a los pocos días de su apertura, los ciudadanos, nos veamos
obligados a pisar barro y estemos indignados porque la obra de 1.8Km, a razón
de 191.692,28€ el km, pagada con 345.046,12€ de dinero público, no tenga, al
menos, la misma calidad que tienen los paseos por las márgenes del Bernesga y
del Torio a su paso por la ciudad de León. Aquí en Ponferrada, los políticos
supuestamente responsables de la supervisión de esta obra, se hacen fotos a
pocos metros anunciando huertos urbanos y no se acercan al carísimo barrizal
para no mancharse los zapatos.
Sorprende, además, que tras el autobombo en la semana de la movilidad, con
paseo en silla de ruedas del equipo de gobierno, el citado tramo, sea totalmente
inaccesible e intransitable para las personas con movilidad reducida, tampoco
encontramos ni un solo poyo de piedra para que los mayores puedan descansar.
La obra de Ponferrada, es, a todas luces, una obra inacabada, poco útil para el
ciudadano y nada inteligente.
Por si todo ello fuera poco, las piedras que se han movido
se han dejado amontonadas sin ningún orden, como si la
parte superior de la zona de inundación, no acumulara ya
bastantes escombros.
Conviene recordar que allá por el
año 2002, se empezó a retirar la
montaña de carbón y que parte de aquella montaña se
utilizó, después de desviar el cauce del Sil a la altura de la
actual Casa del Botillo, para rellenar la zona de inundación
que hoy conocemos, de aquella se plantaron cientos de arbolitos sobre el estéril,
como era de esperar, no sobrevivió ninguno.
En la actualidad, se han vuelto a plantar, esta vez los he contado, más de 200
arbolitos en el mismo sustrato, es decir en el estéril y es de suponer que salvo un
milagro…no haya supervivientes, en pocas palabras , una burla al contribuyente.
Juan Pedro Martínez Bastida