La lenta, pero firme marcha de Antonio Silván hacia la política nacional desde sus puestos de senador y miembro del organigrama nacional del Partido Popular ha dejado un hueco difícil de ocupar como líder de la oposición al alcalde de León, José Antonio Díez, quien no sólo se ha atrincherado como secretario local del PSOE, sino que ha abrazado la causa leonesista de tal manera que la UPL debería preocuparse en los próximos comicios locales.
En un principio se pensó en el exdirector general y mano derecha de Silván, el concejal Salgueiro, con preparación de sobra para dar el paso y tomar el rol de líder frente a su sempiterno papel secundario. Pero algo debe de fallar porque no se acaba de bendecir esa designación. Quizás, no es una persona con un arrastre de popularidad importante y eso hace que reste atractivo a esa candidatura.
Por otro lado, con el difícil verano de sequía e incendios muchos aprovecharon para intentar de alguna forma erosionar hasta descabalgar de su puesto al consejero de Medio Ambiente a Juan Carlos Fernández Quiñones, pero el togado ha sabido resistir el tiempo de rodeo sobre el toro salvaje y dejar claro que no es su pretensión abandonar la política en clave regional. Conocido, preparado y con mando en plaza tiene.
El triunvirato se cierra con la estelar figura de Esther Muñoz que, a pesar de su juventud, cuenta con una hoja de servicios que para sí quisieran otros. Ha trabaja do en Génova, donde guarda buenos recuerdos e interesantes contactos, ha sido senadora por León y ahora delegada territorial de la Junta en esta provincia. Su estilo, totalmente distinto a lo habitual y su energía está dejando a más de uno con la lengua fuera a la hora de seguirla en su ascensión en valoración popular. Sin embargo, probadas un poco las mieles de la política intermedia, la regional, también en ella produce un efecto afrodisíaco del que no quiere personalmente desprenderse.
Así las cosas, el Partido Popular en León carece actualmente de cartel para el Ayuntamiento capitalino. Las quinielas están servidas, pero antes, el propio presidente provincial, Javier Santiago Vélez, tiene que pasar un trámite judicial interno por la impugnación de su elección. Antes muerto que sencillo.
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