El pacto del fuego

Bueno, pues ya está. Se ha conseguido. El ansiado plan para tener contratado todo un año natural y no sólo “en campaña estival” a personal antiincendios está aprobado. Patronal, sindicatos y Junta de Castilla y León han firmado esta semana el acuerdo. El consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones anunció que en tres años el 90 por ciento de las plantillas que componen las brigadas a lo largo y ancho de la Comunidad para combatir los fuegos de monte y bosque estará contratado y en campaña continua. Además, se incrementa y mejora los emolumentos de los trabajadores.

 

Si alguien cree que con esta medida se ha resuelto el difícil problema de los fuegos del campo está muy equivocado. Además de la mejora en medios materiales y recursos humanos, hace falta implicar más a los pobladores del medio rural. Se debe dar facilidad y recursos para que las juntas vecinales se encarguen de limpiar sus montes públicos, que ellos se hagan cargo de su propio terreno. Se debe planificar campañas de plantado de árboles autóctonos y no de ecosistemas que nada tienen que hacer aquí sino alterar la naturaleza en todos sus sentidos. Es lo que aconsejan quien sabe de estos temas “a pie de monte”.

El consejeroo de Medio Ambiente, Vivienda y Orgazización del territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones

La nefasta temporada actual, no hay que olvidar este detalle, tuvo en la mayoría de los grandes incendios la causa natural fruto de tormentas, rayos y unas temperaturas con una sequía fuera de lo común. Aún así, la industria del fuego sigue dando pasos adelante. La sospecha de que los intereses de todo un conjunto de personas y empresas entran en liza es demasiado evidente. Otra de las medidas a tomar es el endurecimiento de las penas por provocar estos desastres que a veces incluso producen muertes.

 

El pasado año, la partida presupuestaria del operativo contra los incendios forestales fue de 64,86 millones para 5,1 millones de hectáreas, lo que supone 13 euros por hectárea en Castilla y León. A esas cifras hay que añadir las de la Administración Central, con la UME, por ejemplo, lo que hace que a las empresas un pastel muy goloso para participar en esta industria. En todo caso, la mano del hombre, presente en numerosa casuística, es algo que en manos de Interior y Justicia está. ¿Estamos?

 

En ABC