Lo de escribir listas en libretas es tan antiguo como la existencia del poder y el propio papel. Pero famosas son listas como las de los judíos en fábricas y campos alemanes, las listas negras de periodistas como aquella que se atribuyó a Miguel Ángel Rodríguez como director de Comunicación de la Junta de Castilla y León –sin demostrar-, o el famoso cuaderno que Ana Botella confesó a la prensa era donde su marido, José María Aznar, como presidente de Gobierno reproducía los nombres de posibles candidatos a ministros. Con tapas azul PP, conste.
Y en éstas estábamos cuando el alcalde de Ponferrada, la sexta ciudad en número de habitantes de Castilla y León, Olegario Ramón al final del Pleno de los Presupuestos del 2021 sacó ostentósamente los citados números y narró contar con un cuaderno azul, “que alguien me ha hecho llegar a mi despacho de la Alcaldía”, con la relación de puestos de trabajo en el Ayuntamiento y los parentescos con un alcalde anterior del Partido Popular.
Hace diez años aproximadamente, desde fuentes cercanas a la secretaría general local del PSOE de Ponferrada, se elaboró una larga lista de aproximadamente veinte personas con cargos en el Consistorio berciano y sus supuestos lazos de sangre directos e indirectos con el equipo de gobierno del entonces Carlos López Riesco. Verdad o mentira, lo cierto es que varios medios lo recogieron entonces y se publicitó. Siendo una lista que manchaba o pretendía manchar el libre concurso oposición y meritoriaje de bastantes personas. El asunto no llegó a ningún sitio y se perdió en el tiempo.
Ahora, esa misma lista sale a la luz por mor del nuevo alcalde socialista, tras haber recuperado una alcaldía que les parecía imposible recuperar del rodillo popular. Está genial que se conozcan las verdades en las administraciones públicas. Viva la transparencia. Aunque mucho me temo que no llegue a ningún sitio esa velada amenaza de mostrar el cuaderno chivato. Un cuaderno que nunca salió fuera de la órbita socialista y al que recurrir como quien dispara con pólvora mojada. Eso sí, el cuaderno también tenía las tapas azules. ¿Azul PP?
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