El fin de una época

Ponferrada siempre fue definida a lo largo de su dilatada historia y hasta un momento determinado como «un pueblo grande». Lo cierto es que la actividad agropecuaria, tan característica y rica en toda la comarca, hizo de ella un lugar conocido, vinculando a su gran pasado templario ligado al Camino de Santiago su huerta y, cómo no, sus caldos y demás productos genuinos.

Fue de la mano del visionario Julio Lazúrtegui y otros inversores foráneos y locales cuando la actividad minera englobada en la MSP facilitó el empujón industrial que, con el título de villa bajo el brazo, conformó la urbe como una pequeña pero populosa y creciente ciudad del noroeste peninsular.

Aún hoy, los restos de aquella gran Minero Siderúrgica de Ponferrada apenas se han puesto del todo en valor cuando atendemos sin demora al fin de otro ciclo: el de ENDESA. La Empresa Nacional de Electricidad fue en cierta medida la «heredera» de aquella MSP como polo de desarrollo económico, social y de entidad de Ponferrada y de toda la comarca berciana. ENDESA nació en el Bierzo y ENDESA fue la dinamo de docenas de empresas satélites de su actividad. Durante más de medio siglo decir la palabra ENDESA era sinónimo de empleo -llegó al millar de operarios- de barrios como el del poblado de la térmica, de cientos de hijos becados, de economato, de patrocinio de la cultura y el deporte, de…

Sin entrar a valorar si su privatización se hizo mal, aunque todo apunta a que el Estado tenía que haber tenido siempre la última palabra en cuestiones como traslados, cierres y demás, lo cierto es que la multinacional italiana propietaria de la central de Cubillos tenía pensado desde hace tiempo su desmantelamiento. La paulatina disminución de plantilla, los problemas medioambientales de la combustión de fósiles como el carbón, la falta de inversión para modernizar y entrar bajo los nuevos requerimientos de Europa…Todo hacía temer lo peor. Y como el cuento del pastor y el lobo, vino el lobo. El desmantelamiento de Anllares no se ha terminado cuando cae la siguiente pieza del dominó, Compostilla. Fin de la minería. Fin de las centrales térmicas en el Bierzo. Fin de todo un símbolo para todo berciano.

Puede ser catastrofista. Pero ni el derby tan ansiado de la S.D.Ponferradina contra la Cultural Leonesa podrán maquillar la noticia que ningún medio de comunicación del Bierzo hubiese querido dar. Ningún berciano bien nacido tampoco. Esto se acabó.

Hace no menos de dos décadas millares de bercianos saldrían a las calles de la capital, Ponferrada, por esta o aquella protesta. Hoy es todo silencio. La depresión económica ha contagiado a los habitantes de la comarca. Héroes son aquellos que, como este mismo pequeño grupo editorial, apuestan por el Bierzo con Ponferrada como epicentro de su actividad.

Mañana será otro día. Otra época. Aún tendremos noticias que, como estertores de un moribundo, se producirán en torno a ENDESA durante meses. Pero o nos reinventamos o Ponferrada volverá a ser aquel «pueblo grande» y no  la ciudad pequeña y orgullosa que aún es y debería seguir siendo.