El inicio del nuevo año no puede ser más apasionante, desde el punto de vista político, si bien desde la calle, que es donde parecen no pisar nuestros cargos públicos, el 2025 se percibe lleno de dudas e incertidumbres. Y ya se sabe, el dinero es miedoso y puede que la economía real, no la supra, puede que reste aún más alegría a la ciudadanía.
A nivel internacional todos los ojos están puestos en la Casa Blanca, que aún sigue siendo el despacho más poderoso del mundo, pero cada vez por menos años a tenor del avance de China, a la que sólo le falta dominar por mar lo que ya es el primer ejército del mundo en tierra y aire. Amén de la compra de media América, parte de África y grandes compañías europeas. Esperamos, desde nuestro rincón de Castilla y León, contemplar la partición de Ucrania y el fin de ese conflicto. En Israel y Palestina sólo se piensa lo de siempre: dolor.
En una Europa pseudoinvadida y culturalmente amenazada, los salvadores de las patrias seguirán en ascenso, con lo que conlleva de radicalización de las políticas y la amenaza a la nación de naciones europeas. Se impone la sensatez de la Europa de las Regiones, frente a las de las naciones para frenar la insensatez. La gran vaca azul y estrellada seguirá siendo El Dorado para autonomías, diputaciones y ayuntamientos, en vista de que el Gobierno de Madrid, por estar inoperante centrado en conservar a su inquilino en la presidencia dedicará todo su esfuerzo.
Prorrogados los presupuestos regionales, la sensación de convocatoria de elecciones parece calmarse, pero hoy más que nunca Castilla y León depende de una política común nacional del bando popular frente al Sanchismo y Vox. El independentismo, que ha dado vida a Pedro Sánchez, también será su fin. El proyecto Federalista, revivido por Zapatero, no será aceptado por el pueblo español, sólo por los que salen beneficiados, como se ha visto con la financiación autonómica.
Permítanme acercarnos al noroeste regional. No nos creemos lo dicho por el ministro Óscar Puente en la reapertura del viaducto que une la meseta con Galicia este mismo lunes. Eso de que la natural unión del Bierzo y Valdeorras (Orense) se pondrá en marcha, como también una solución ferroviaria al puerto del Manzanal. Cuento, de Navidad.