“¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana.
Nada tiene de estable.
Todo se pasa.”
Santa Teresa de Jesús

Hace un par de meses, gracias a una primera indicación de otro historiador, Raúl Bellido, tuve conocimiento de la existencia de una pequeña obra pictórica, catalogada en el Museo de Versalles, sobre las Guerras Napoleónicas y sobre la misma Astorga.
A Raúl Bellido, el que suscribe, le había ayudado previamente en otros temas y cuestiones de investigación napoleónica, pues es bien sabido que así avanza la ciencia histórica, con las aportaciones de colegas y del trabajo colectivo, merced a las redes de colaboración y amistades que uno va tejiendo a lo largo de los años…Siembra y recogerás.
La citada pintura es una acuarela, un clásico “cuadro de batallas” de pequeñas dimensiones (apenas unos 60 cm en su lado rectangular), obra del pintor de las Campañas Militares francesas del siglo XIX, Jean-Antoine-Siméon Fort (1793 – 1861). Este artista trabajó, sobre todo, durante el reinado de Luis Felipe de Orleans (1830 – 1848), el cual le llegó a encargar varias obras.
Tras varias indagaciones logramos disponer, con gran alegría, de una copia digital de dicho cuadro, que reproducimos al final de esta columna. Dicha pintura representa un momento culmen de la historia de la Guerra de la Independencia española (capítulo señero de las Guerras Napoleónica en Europa): el asalto de la Infantería imperial a la brecha en las murallas de Astorga, en la tarde del 21 de abril de 1810, a las siete de la tarde, luego de siete meses de bloqueo, combates, asedio y bombardeo final francés.
En el cuadro observamos como en aquella tarde de un lluvioso mes de abril de 1810 (el único año en siglos que la Ciudad no pudo celebrar la Semana Santa), tras haber abierto la artillería pesada francesa brecha en las murallas astorganas (en la cabecera de la Catedral) dos columnas de asalto imperiales (formadas por un batallón de seis compañías escogidas de granaderos y voltigeurs del regimiento 67º de línea y del regimiento extranjero irlandés) asaltaron desde sus trincheras de asedio, excavadas en el barrero de los altos del arrabal de Puerta de Rey, las murallas abiertas de la Ciudad a pecho descubierto, con gran valor, ante la artillería y fuego de fusil españoles.
La historia nos cuenta, igualmente, que, con idéntico coraje, otras compañías escogidas de infantes españoles de los regimientos de Voluntarios de León y los Provinciales gallegos de Santiago y de Lugo, les detuvieron en la misma brecha con el fuego de sus mosquetes, a culatazos y con sus bayonetas, evitando así su entrada en la Plaza. Ello hubiera supuesto la masacre y pillaje de toda la población según las leyes de la guerra.
Al día siguiente, tras dos meses de combates, con municiones solo para un día y sin posibilidad de ser socorrida, la Ciudad capituló con “honra de la Patria” y con los honores Militares concedidos por el Ejército Imperial francés.
Toda esta historia se nos cuenta en las Memorias de José María Santocildes y de diversos Comandantes imperiales, hablamos de Jean Nicolas Auguste Noel, Jefe de Escuadrón de artillería a caballo de la 1ª División, del VIII Cuerpo del Ejército Imperial que asedió Astorga; de las Memorias del Coronel André Delagrave (Edecán del General Junot, Duque de Abrantes) que encabezó y mandó el batallón de asalto a la brecha, o las Memorias del Comandante irlandés Myles Byrne (al servicio de Francia) publicadas en Nueva York en 1863.
Volviendo al pintor Jean Antoine Fort, éste había sido alumno del también famoso pintor paisajista francés Christian Brune. Jean Fort, paisajista y pintor militar, se hizo célebre por sus pinturas con escenas de batallas observadas a “vista de pájaro”, formando vastas perspectivas, algo distorsionadas pero adornadas con multitud de detalles, como es el caso de la pintura del Asedio de Astorga del 21 de abril de 1810.
Observando la pintura podemos percibir, en la misma, todos los detalles del “sky line” de Astorga a comienzos del siglo XIX, por encima de sus murallas… las torres de sus parroquias e iglesias, las torres del Ayuntamiento de Astorga, la desaparecida Casa de la Torre del Cabildo catedralicio, la también desparecida parroquia de San Miguel, la Catedral, las ruinas del Alcázar de los Marqueses de Astorga, el arrabal fortificado de Rectivía, la poderosa Montaña del Teleno en el horizonte…
Estas vistas en perspectiva aérea siempre han existido en la historia de la pintura, pero el descubrimiento y difusión del globo aerostático en los siglos XVIII y XIX hicieron que estos panoramas en pintura fueran mucho más realistas al poder tomar apuntes en altura los esforzados artistas que utilizaron esta novedosa técnica.
Jean Antoine Fort fue también un gran viajero por toda Europa. En 1834 recibió el encargo del gobierno francés de ilustrar los principales acontecimientos y batallas de la Revolución Francesa y del Primer Imperio, para la galería de pintura militar del Museo de Versalles.
Fruto de este trabajo, que le llevaría una década, Fort visitó Córcega, Italia, Egipto, Alemania y Bélgica… no está claro que viajara también hasta España, aunque el realismo y gran detalle de esta Pintura del Asedio francés a Astorga de abril de 1810 nos hace pensar que ello pudiera haber sido posible.
El éxito de Fort en Francia y Europa comenzó en 1842 con la exhibición de cuatro grandes lienzos de batallas y asedios del Ejército francés en el Gran Salón de Artistas de Paris; pinturas que habían sido encargadas por el rey Luis Felipe para el “Musée Historique de Versailles”.
Al año siguiente, el Rey encargó a Fort una Vista oficial de la Residencia Real del Palacio de Compiègne.
Hoy damos a conocer a los lectores de Astorga Digital, en primicia, la existencia de esta pintura de “batallas napoleónicas” en Versalles. Allí, junto a otros cuadros más conocidos, como es el caso de Napoleón en Astorga del 2 de enero de 1809, figura, junto a las batallas de Jena, Austerlitz, las Pirámides, Rívoli o Eylau… también este Sitio de Astorga de abril de 1810.
En Versalles figura esta pintura, gracias al valor y coraje de los soldados españoles del Coronel y Gobernador militar de Astorga, el catalán José María de Santocildes; gracias al valor y coraje de los astorganos de 1810, a las compañías de vecinos escopeteros que apoyaron a los infantes y artilleros leoneses y gallegos de la guarnición; gracias a las mujeres y los niños que les sostuvieron en las murallas luego de un asedio y bombardeo francés, con trinchera abierta, de un mes (del 21 de marzo al 21 de abril de 1810)…
La firme resistencia de Astorga, una pequeña ciudad con unas viejas murallas medievales, arruinadas e inermes ante el fuego de la artillería pesada francesa, hizo que el mismo General francés Junot, Duque de Abrantes, concediera honores militares a la guarnición española. Igualmente, el Gobierno español desde las célebres Cortes de Cádiz declaró el 30 de junio de 1811 a la Ciudad de Astorga, a sus habitantes y guarnición, Beneméritos de la Patria. España les dio las gracias, aquel día, por lo que habían hecho por ella, por su dignidad e independencia.
Acabadas las Guerras Napoleónicas, muchos años después, en 1841, el Gobierno francés y el Rey Luis Felipe de Orleans, quisieron honrar también a sus Soldados y a la misma Ciudad de Astorga, con este cuadro.
Arsenio García Fuertes
Doctor en Historia Contemporánea.
Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.
Foro para el Estudio de la Historia Militar de España
Asociación Napoleónica Española
Recuerdo hace años una maqueta preciosa en la bibilioteca que hacía referencia a este hecho histórico. No sé que habrá sido de esa maqueta pero era una auténtica obra de arte. Debería de estar expuesta en algún edificio público, en algún lugar preeminente, como preeminente fué aquel acto de heroicismo probablemente el mayor en la historia de Astorga. Si lo trasladamos a nuestros días la resitencia no habria durado ni 48 horas, si esque hubiese habido resistencia
Hola buenos días.
Esa maqueta la hizo personal militar del acuartelamiento de Santocildes de Astorga y hace unos años después de estar expuesta en la Biblioteca Municipal fue instalada en la Sala de material histórico de dicho cuartel
Muy interesante artículo y magnífico el descubrimiento de ese cuadro. Desconocía su existencia.
Rogelio Meléndez Tercero
Me parece muy interesante. No conocía ese cuadro. A muchos pueblos pequeños y no tan pequeños, de España, les gustaría tener algún cuadro como este de Astorga, que refleje con mayor o menor acierto su aspecto en esas épocas ya un tanto lejanas y previas a la aparición de las fotografías.