Don erre que erre

Con 74 años Manuel De la Fuente ya está vacunado de ver casi todo en esta vida. Quiere, o al menos eso defiende, creer que ha sido siempre fiel a unos principios de izquierdas, progresistas y democráticos. Jubilado de Endesa, lleva 40 años de militancia en el PSOE y casi otros tantos en la lucha sindical. Paralelamente, tiene una dilatada trayectoria en cargos deportivos, fue árbitro de fútbol y representante en secciones de atletismo. Todo ello conformaba una carta de presentación digna para ser concejal de Ponferrada por las siglas socialistas.

 

Manuel ha saltado a los medios por dejar nada menos que empatados los Plenos del Ayuntamiento y del Consejo Comarcal del Bierzo, donde es también miembro. Y el centro de la diana de las críticas más, que de las alabanzas menos. Él confiesa que ya llevaba tiempo estando incómodo, que el alcalde Olegario Ramón “no practica una política de izquierdas” y que “está coaligado con la derecha (Coalición por el Bierzo)” y no entiende cómo el tercer partido en el gobierno local, Podemos, “consiente estas cosas”.

Insiste en que el dinero para la Ponferradina de fútbol o para el Baloncesto Ponferrada es un despilfarro que debía dirigirse al deporte base, que no se puede ayudar a una Sociedad Anónima Deportiva. Lo compara con el caso de las camisetas y Marbella con Gil y Gil. Él a base de negarse a votar a favor, se ha ido del PSOE o lo han echado. Uno nunca está seguro en estos casos. Y se queda con su acta de concejal “porque la gente vota a las personas en las elecciones locales, en este caso a mí”.

Tener principios y regirse durante una vida atendiéndolos como una norma suprema está bien, sólo que a veces en la vida hay que saber ceder o entrar en diálogo según qué cosas. En el Bierzo, la Ponferradina como la Virgen de la Encina, son todo un símbolo, una institución. Y conscientemente o no, deliberadamente o tampoco, Manolo el concejal “erre que erre” ha dado esta vez con hierro puro.

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