Algunos han querido dejarlo en anédota. Pero no, durante estas últimas semanas en Italia, Sudamérica, España y todos los países con mayoría católica la noticia ha corrido como un reguero de pólvora por medios de comunicación y redes sociales. Se trata de la macrofiesta de despedida que celebró el pregonero de la Semana Santa de Ponferrada y ex ecónomo de Astorga, Ángel Lucio Vallejo Balda, en la terraza del palacete oficial en la Ciudad del Vaticano.
El cesado secretario para la Prefectura de los Asuntos Económicos del Estado Papal, con poco más de un año en el cargo, fue “fichado” por el cardenal Bertoni, ahora también apartado de la curia, en los últimos tiempos del Papa Benedicto XVI. Vallejo Balda fue de facto el número dos del equipo económico. Algo así como un secretario general del Ministerio de Economía y Hacienda si hacemos paralelismo con la Administración Pública española. Su misión era la de enmendar los desmanes crónicos heredados de aquellos terribles años del Banco del Vaticano y Banca Ambrosiana, y unificar todos los institutos y organismos financieros en uno, transparente al máximo y más eficaz. En suma, un trabajo de ingeniería financiera, que tanto practicó en la vetusta Astorga y que tan buenos rendimientos económicos reportó, aunque también con sus dosis de sombras, dudas y escándalos como Gescartera y demás.
La llegada del Papa Francisco pilló con el pie cambiado al equipo ‘cronificado’ de Benedicto XVI. Uno por uno, con el silencio y la diplomacia habitual en la Iglesia, fueron invitados a salir de sus importantes cargos. En esos meses de zozobra interna, la Secretaría Económica trabajó duro para entregar, con otro grupo de purpurados, los deberes hechos en tiempo récord. Y casi a la limón, Francisco puso fecha de caducidad al organismo. El ex ecónomo ha aprovechado su pregón de Semana Santa en Ponferrada y su visita a Astorga de hace unas semanas para proclamar que “mi trabajo terminó. Ahora seguiré al lado del Papa”. Lo que ha sido en términos de mercadotecnia un ‘ponerse la medalla’ por los servicios prestados.
Para finiquitar el organismo, y la excusa de una canonización multitudinaria, no se le ocurrió otra que celebrar en las terrazas del Vaticano, a pleno sol de primavera, un fiestón de padre muy señor mío. Existen fotos que lo atestiguan. Y con un precio por la bebida y las viandas, amén de la música, clásica eso sí, en vivo y en directo, que ha escandalizado al propio Papa Francisco. El sucesor de Pedro, cuentan las crónicas vaticanas y los corresponsales españoles allí, “agarró un rebote del tres por no predicar con el ejemplo que su nuevo estilo es más moderado y espartano”.
Una mancha de tinta más en el ya no inmaculado expediente del padre Ángel Lucio. Quien por sus méritos quiso contar con una “Despedida… en las alturas”.




Fotos: Dagoscopia.com / L’ Expresso /