Cuando uno vive la historia, “17 de marzo”

A falta de conocer las medidas económicas concretas que se anuncian desde el pasado viernes el nerviosismo en el tejido empresarial crece por momentos frente a una incertidumbre que cada día sufre algún nuevo varapalo. Muchos empresarios, grandes y pequeños, se preguntan: ¿Qué puedo hacer con mi negocio?, ¿El decreto publicado por el gobierno que me obliga al cierre me dará derecho a acogerme a un hipotético ERTE adaptado a las circunstancias?, ¿Si mi negocio no está obligado a cerrar (por decreto) habrá medidas también para nosotros?

En fin… seguramente las personas que lean este artículo estén en alguno de los dos lados de la balanza, empleado o empleador, con lo que sabrán perfectamente a que hago referencia. Dicho lo anterior es de imaginar que estemos todos pendientes de conocer las conclusiones del Consejo de Ministros que se ha anunciado para mañana y que esperemos arroje una vacuna de medidas económicas que permitan paliar las incertidumbres del momento que nos toca vivir. Sin duda deseo que técnicos del estado y cargos públicos sepan entender que sus decisiones marcarán el futuro de miles de negocios, trabajadores y no puedo hacer otra cosa que desearles toda la suerte del mundo en sus decisiones y que su trabajo de resultados.

Desde hace unos días las agrupaciones económicas, provinciales y nacionales, instan al gobierno a adaptar medidas urgentes, no para que se utilicen todas de golpe, sino para mitigar el nerviosismo creciente de un segmento, el empresarial, que aún no conoce ninguna certeza que no tenga que ver con abrir (si se atreven) o cerrar sus negocios en base al decreto ya conocido por todos. Desde las instituciones se anunció que mañana será el día “D” y les aseguro que empresarios y empleados estaremos a la espera con la ilusión de que esas medidas permitan ayudar al jefe a cuidar a sus empleados, permitan ayudar a las PYMES a cuidar a personas que en muchos casos son parte de la familia… y además puedan hacerlo con certeza sobre que todos quedarán cubiertos, mientras tanto toca esperar y la paciencia se torna en una gran virtud.

Lo cierto es que esas medidas solicitadas parecen coincidir en una cosa, si queremos evitar la baja de miles de autónomos, ERES en las grandes empresas y despidos en las pequeñas… cuatro siglas van a ser transcendentales ERTE (expediente de regulación temporal de empleo). Esta herramienta exige en la actualidad una serie de condiciones y medidas que no piensan en una pandemia. No piensan en cerrar por decreto, sino por razones económicas muy distantes al momento actual, y esa es la cuestión clave que debe amoldarse a los tiempos que nos toca vivir. Debemos ser conscientes de que ya se ha generado y extendido la expectativa/esperanza dentro del mundo empresarial de que esta será la medida que se va a tomar, incluso algunos despachos profesionales ya están preparando documentación a falta de conocer los detalles del decreto. En economía cuando se genera una expectativa se corre un doble riesgo, de acertar todo seguirá igual, pero errar o aplicar otras medidas que no tengan una aplicación similar generará aún más incertidumbre que no paliará una línea ICO con bajo tipo de interés o tipo cero. Nadie quiere financiación cuando lo único que prevé son gastos.

Sin duda el momento exige no solo medidas certeras, sino que exige una cuestión aún más importante, sensibilidad empresarial y tacto para ser capaces de transmitir a Empresas, PYMES y autónomos que las medidas ya han llegado y dejar de anunciarlas. Las empresas necesitan liquidez, no solo a través del acceso a préstamos ICO, moratoria de deuda, paralización de procedimientos ya iniciados… sino a través de conseguir minorar costes fijos y variables durante la duración exacta del cierre establecido en las medidas del gobierno que al menos den un horizonte cortoplacista de contracción del gasto empresarial con la esperanza de que el medio plazo permita volver a la situación anterior, poco a poco, según se vayan normalizando los ingresos. Todo lo que no tenga que ver con una idea similar, sería una revolución que nadie espera y que podría ser más contagiosa que el COVID19.

Seguro que dentro de unos días estas palabras ya no tendrán sentido ni razón, pues las medidas asumidas y facilitadas a empresas y autónomos servirán para contraer gastos temporalmente lo que dará tranquilidad al mundo empresarial, al menos en el corto plazo. Seguro que los ERTE servirán para que empresarios y empleados se ayuden a sobrevivir económicamente con la obligación para ambos de volver a trabajar juntos tras el paso del COVID19. Seguro que la calma volverá tras la tempestad, pero también es seguro que si viajamos en un barco de acero iremos más seguros que en uno de papel y que a fin de cuentas el objetivo de los barcos es llevarnos a puerto sanos y salvos, no solo llegar.