Como los tiempos del Sóviet Supremo, en el Congreso nacional del PSOE ya estaba todo previsto. La entronización de Pedro Sánchez para el resto de los días y una organización interna de cuadros entregados al que se ha venido a llamar Sanchismo. Hasta ahí el guión establecido. Para nosotros, los castellano y leoneses, incluidos los bercianos, varias claves derivadas se pueden obtener del análisis de lo acontecido el “finde” en Sevilla.
La continuidad de Luis Tudanca al frente del socialismo castellano y leonés pende de un fino hilo. El de Burgos se ha esforzado, y mucho, en atar alianzas y buscar apoyos en las delegaciones provinciales, excepto en la de León que, por obra y gracia se alojaba en distinto hotel que la del secretario regional. De los cafés en apartes, charlas en habitaciones y salas conjuntas se desprende que Alfonso Cendón es el gran triunfador en clave castellano y leonesa, siempre con la aquiesciencia del vallisoletano Óscar Puente. Laciana y otras provincias también han sido agraciadas en el sorteo anticipado de la lotería de Navidad socialista.
Pertenecer a la Ejecutiva General es como tener un marchamo de pata negra. Y qué decir del segoviano Óscar López, que ahora como ministro y padre de todas las intrigas se nos va a volver madrileño de adopción. En todo caso han quedado resueltas algunas cuestiones que traían al socialismo regional un tanto de cabeza por difusas. La moción leonesista aprobada por múltiples ayuntamientos como el de León y la propia Diputación provincial ha sido, una vez más, un postureo con la Unión del Pueblo Leonés para ganarse la tranquilidad de cogobierno en las instituciones de la provincia díscola. Insistimos en que el leonesismo sociológico es mayoritario, pero no el político, que es una minoría -ver resultados electorales.
El alcalde de Soria, Carlos Martínez, ya se empieza a creer que puede ser el elegido para ganar al Partido Popular de Alfonso Fernández Mañueco. Fuentes del propio PSOE dan por hecho un preacuerdo para ello, pero con muchas condiciones que aún han de cumplirse. La división del voto de centro y de la derecha, esto es, Vox y PP, es algo que en décadas no se daba y la absorción del voto minoritario del ultracomunismo de Podemos, Sumar y derivados es un hecho en CyL.