Confusión o intención en torno al 25 de Noviembre

¿Qué significa el 25N? ¿Una bobada más? ¿Otro día más de celebrar cualquier cosa?

Define María Moliner en su diccionario de la lengua española los términos “celebrar” y “conmemorar” dando al primero un sentido de alabanza, de sentimiento positivo y festivo para congratularse de la existencia  pasada o presente, considerada valiosa, de algo, de alguien o de un acontecimiento o fecha.

Conmemorar sin embargo hace referencia a “recordar”, a guardar, a tener en la memoria, un suceso, una fecha, que puede tener un carácter positivo relativo, pero que con frecuencia es negativo y por ello debe ser recordado, rememorado y públicamente para ser tenido en cuenta tenido por la comunidad y para que no se repita, para que no continúe.

El 25N fue declarado Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres,  por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 54/134, el 17 de diciembre de 1999, en conmemoración de la fecha en la que fueron asesinadas, en 1960, las tres hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa), en la República Dominicana. La citada resolución define la violencia contra las mujeres como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

No es por lo tanto un día para celebrar, salvo entre gentes que festejan la violencia porque ésta es un instrumento de su poder y les rinde beneficios.

Desde luego no es el 25 de noviembre una ocasión para con ese motivo programar festejos ni actos públicos para el ocio y el disfrute, ya que contradice su origen y su objetivo que es un claro repudio de la violencia contra las mujeres y sus causas.

Es un día de reflexión, de denuncia, de plantearse cada persona, mujer u hombre, qué puede aportar para que la violencia sea abominada en todas sus formas y se pongan con seriedad los medios necesarios para que desaparezca y podamos convivir en paz e igualdad.

Quienes forman parte del movimiento civilizatorio que vindica los derechos de las mujeres como seres humanos, en igualdad con los hombres, condición imprescindible para una convivencia pacífica y amable, es decir, el feminismo, no descansan ningún día del año. Todos los días, no solo el 25 de noviembre, profundizan en el análisis de las causas, formas y consecuencias de la violencia machista. Violencia que muchos hombres, por serlo y ser educados para considerarse superiores que las mujeres y poseedores de sus cuerpos y vidas ejercen en diversos grados.

¿Es necesario un día? Quizá sí, porque este día de conmemoración se intenta especialmente sacudir la ignorancia voluntaria, y por lo tanto culpable, de quienes cierran los ojos ante el desatino de que cada año sean asesinadas en España más de medio centenar de mujeres por hombres que eran, o habían sido su pareja, y muchas más si se incluyen las asesinadas por otros hombres. Los asesinatos son la violencia más extrema y visible, pero los datos oficiales nos dicen que  la violación, el abuso sexual, la tortura sexual… se han convertido en algo habitual y a veces en espectáculo.

Si esto ocurre así en una democracia en supuesta paz, imaginemos la situación de las mujeres en las guerras, dictaduras, durante las migraciones y huidas, en campos de refugio etc.

En este día, en España, las mujeres conscientes de cómo la violencia se traduce en una merma de su libertad y su integridad en la vida cotidiana, muestran su indignación porque en este país no se cumplan leyes de igualdad y contra la violencia que están en vigor y no se ponen en práctica. Leyes que se promulgaron para evitar las causas de la violencia machista y para prohibir las situaciones que en sí mismas son violencia contra las mujeres. Incumplida la coeducación, alimentados los géneros con sus prejuicios y normas para cada sexo, sin eliminar la desigualdad laboral y de responsabilidades familiares entre mujeres y hombres, sumado a la mercantilización de las mujeres, hace a los hombres, sean machistas o no, más poderosos y libres que a las mujeres.

Las mujeres perjudicadas por el reparto desigual de cargas y beneficios comunitarios, son dirigidas a situaciones de dependencia económica y afectiva, siempre en la cuerda floja entre dos posibilidades: tratar de ejercer la libertad y ocupar los espacios y tiempos que a todo ser humano corresponden si son capaces de controlar el miedo razonable en un medio hostil que se convierte en peligroso fácilmente, o renunciar a esa libertad y aun así no estar seguras en ningún espacio.

Conmemoremos pues y no celebremos, porque no hay mucho que celebrar precisamente en este año. Ni en lo que llevamos de este siglo. Guardemos memoria del pasado y no cerremos los ojos al presente porque de hacerlo el futuro puede ser aún peor.

Para la Plataforma es 25N todo el año, nos concentramos cada lunes cuando la semana anterior se ha producido el asesinato de una o más mujeres por violencia machista. En lo que va de 2023 han sido asesinadas 52 mujeres, a las que hemos nombrado en la Plaza Mayor de Astorga. Hay dos mujeres cuyo asesinato está en investigación, de confirmarse nos tendremos que volver a concentrar. Y así seguiremos, siempre con la esperanza de sea la última porque ya no haya más mujeres asesinadas.

 

Plataforma Ciudadana de Astorga por la Igualdad y Contra la Violencia

2 comentarios en “Confusión o intención en torno al 25 de Noviembre

  1. como es poco el 8m hacía falta otra fecha más. Siempre con la misma matraca. Pedir la abolición de la violencia de género es una utopía como pedir la paz mundial o acabar con la pobreza. Es sencillamente imposible. El ser humano (hombres y mujeres sin distinción) es violento y por desgracia forma parte de su naturaleza el matar por diferentes motivos que casi siempre suelen ser económicos y pasionales. De lo que se trata es de mantener esos crímenes en unos limites tolerables como es el caso de España, que es uno de los países con un índice más bajo del mundo de muertes de mujeres a manos de sus parejas. Pero la realidad no interesa, es mejor mantener vivos los chiringuitos y la idea de que esto es Afganistán, en lugar de preguntarnos por qué no se publican las cifras oficiales de hombres muertos por parte de mujeres entre otras muchas injusticias actuales hacia los hombres. Se están utilizando estas cifras, insisto de las mas bajas del mundo, para dar impulso a un feminismo que no busca la igualdad, si no la superioridad de las mujeres frente a los hombres.

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