Con la vista puesta a un año

No lo pueden negar. Viven ya pensando en el fin de la legislatura y eso que aún queda un año. El próximo curso, cuando la sociedad vuelva de vacaciones estivales, aquí, tras La Encina, el contador del año electoral comenzará a funcionar. Y lo saben. Lo que no logramos entender es el porqué de tantos nervios tan pronto. El mapa político no se mueve, ni se moverá; pero los políticos sí están moviéndose.

El Partido Popular tiene una quilla dura. Está soportando a nivel nacional una serie de polémicas que a buen seguro pasarán factura. Pero como su líder nacional, Mariano Rajoy, sus correligionarios locales permanecen impasibles. Gloria Fernández Merayo pasará a la historia local como la primera mujer alcaldesa y también por lograr en mayoría minoritaria permanecer en el sillón cuatro años sin mociones de censura. El equilibrio ha sido difícil y sus socios, Coalición por el Bierzo y Ciudadanos a veces parecen más oposición que compañeros de viaje. En especial hay morbo por saber qué pasará con Ciudadanos. Unas siglas al alza aunque se tiene la experiencia de que luego los sondeos se desinflan por mucho CIS que de por medio certifique. Pero suben. ¿Y aquí, continuará el divorcio de las dos ediles con sus representantes de partido? Se dilucidará todo desde León nos cuentan.

USE de Folgueral camina hacia una refundación o aspira a una soledad con cada vez menos correligionarios. Sus dos años y pico de gobierno han dado mucho de sí y se han colado en el día a día de estos cuatro años de legislatura. Todos son sobresaltos, sentencias y replanteamiento de lo hecho y contratado. Y así no hay timón que enderece nave.

El PSOE de Olegario Ramón, así, pasito a pasito, sin ruido, va afianzándose. Primero el partido y después la candidatura, parece pensar el secretario general local.

En la bancada más extrema, la solución dada de que en cada municipio se decida si ir unidos Podemos e IU no deja de ser una salida en falso. Todo apunta a dos candidaturas separadas que se harán entre sí daño.

Acostumbrados a últimos años de inauguraciones, fastos y buenas noticias, el Bierzo en general y Ponferrada en particular tan sólo quiere que la crisis económica deje de axfisiarlo todo y la crisis política contínua termine.