Nuestro modelo de empresa informativa, nos obliga a utilizar un lenguaje ético y responsable, no pudiendo crear contenido que pueda promover o fomentar la violencia o el odio hacia nada ni a nadie, y menos a un tipo específico de mal llamado periodismo, en la que se incluyen comportamientos con claros trastornos mentales como la psicopatía.
Además, es importante destacar que la psicopatía per sé, no es necesariamente una condición que implique hacer daño a los demás. Muchas personas con psicopatía pueden vivir vidas plenas y pacíficas, aunque en el caso que nos ocupa por desgracia no es así desde hace 15 años en el panorama informativo de los medios comarcales bercianos.
Un psicópata es una persona que presenta una serie de características que incluyen falta de empatía, manipulación, superficialidad emocional, impulsividad, falta de remordimiento o culpa, mentiras frecuentes y comportamiento antisocial. Los psicópatas tienden a tener una personalidad encantadora y persuasiva, lo que les permite manipular a las personas a su alrededor para obtener lo que quieren.
A menudo, los psicópatas tienen dificultades para formar relaciones interpersonales duraderas y significativas, y pueden tener una historia de comportamiento delictivo o éticamente reprochable. Aunque algunos psicópatas pueden ser diagnosticados con trastornos de personalidad narcisista, es importante tener en cuenta que no todos los individuos con estos trastornos son psicópatas y no todos los psicópatas tienen un trastorno de personalidad diagnosticado.
En cualquier caso, nos sorprende cómo se permite que alguien esté haciendo daño a los demás, según el momento y la circunstancia, sin hacer nada, al contrario, alimentando a la hidra con tanto miedo como con fondos públicos. Aconsejamos desde aquí que se busque ayuda profesional de un terapeuta o consejero capacitado en el tratamiento de trastornos mentales y conductuales. También, y este es el verdadero quid de nuestro editorial, sirva de información a las autoridades pertinentes porque existe una verdadera preocupación por la seguridad de encontrarnos en un mercado informativo lesivo, perjudicial, problemático, desleal y rozando siempre la legalidad con la complicidad y la vista gorda de instituciones, políticos y hasta del propio gremio periodístico. Todos lo sufren y consienten con sus métodos enfermos sin hacer nada al respecto.
Vosotros lo consentís
Recientemente ha salido a la luz una de sus muchas faltas y modales punitivos. Una sentencia de condena real que es noticia de interés general por los protagonistas y la transcendencia de los mismos. Abundante jurisprudencia hay al respecto. Pero a todo esto se ha llegado por la postura cobarde a veces, conformista siempre, de representantes institucionales, empresarios y los propios medios de comunicación.
No. No es una guerra entre medios, es una actitud de uno contra todos los demás. Tan sólo hay que leer artículos, editoriales y las propias redes sociales. Se comienza estableciendo un castillo de naipes con dudosas audiencias y compras de perfiles en redes, se cambia de medidor según convenga, se amedrenta a los alcaldes con medidas legales y sentencias parciales en favor de uno, cuando insistimos, existe jurisprudencia de todo lo contrario, se machaca literalmente a llamadas, mensajes y amenazas a los anunciantes particulares llegando a la presunta extorsión, se compadrea con las instituciones que la mayoría cae por acoso y aburrimiento. Como una fábrica inhumana, huestes de jóvenes redactores caen ahí, son esquilmados de todo tipo de valores, ética y referentes profesionales en post de una causa mayor: el click, el copia y pega del trabajo ajeno del que sorprendentemente callamos todos -hasta hoy, que vino David y ganó a Goliat- “los primeros, exclusiva, líderes…” Toda mentira repetida machaconamente en grupos de wasap al que ya no se hace mucho caso se repite cada año, cada mes, cada día…Hasta hacerla falsa verdad. La persecución en redes sociales a todo quien disiente: “sabemos quien eres…formas parte de la denuncia judicial…deme el teléfono de esa persona…diga quién le dijo eso…pongo el fotógrafo ahí y te hundo”.
Vosotros, nosotros…TODOS hemos creado al monstruo. TODOS tenemos parte de culpa, empezando por quien más financia esta inmundicia.
El editor