Cara y cruz

La resaca de las elecciones generales del pasado domingo va a dar para hablar, analizar y protagonizar noticias el resto del verano. De momento, la primera impresión es la de dos gallos que desde su corral lucen su plumaje y cacarean una victoria que no es real para ninguno de los dos. Quien ha ganado aquí es el chantajismo de las pequeñas formaciones políticas, lleguen o no a conformar grupo parlamentario. La diferencia de los mal llamados “bloques” es tan minúscula que bien podría afirmarse que no la hay.

Existe una multitud silenciosa de gente joven, recién incorporada al derecho de votar en democracia, que está asombrada de cómo funciona este sistema y de lo pernicioso que se ha vuelto. Un ganador incontestable que no gobierna y un perdedor relativo que afirma va a gobernar. Por no hablar del poder de un diputado de un lugar de España con referente al valor de otro. Ello les genera un acto reflejo de rechazo a todo lo que tiene que ver con el mundo de la política y de la imagen que refleja a la sociedad.

Por otra parte, en Castilla y León el PP se acercaría con estos datos a la mayoría absoluta y quien saldría perdiendo sería Vox quedando el PSOE en igual número de procuradores. Nuestra Comunidad, una vez más, volvería a ser el granero del PP que nunca dejó del todo de ser y con ello, se espantaría los males que los gobiernos de coalición han traído, tanto con Ciudadanos como con Vox. Las fisuras y las polémicas siempre han surgido del punto más débil que, personalizando, se llamaban  “exabruptos Igea” y “meteduras Gallardo” respectivamente.

Algunos creemos que el sentido de Estado debería hacer presencia en Madrid. Que los constitucionalistas hicieran frente común a los que quieren romper España y llevarse nuestro dinero para sus regiones. Es la triste escena que desde los años 30 del siglo pasado se repite una y otra vez. Pareciera como si una cruel contienda civil no hubiera servido para nada. Los pactos de la Moncloa, el sistema dado en el 78, ha saltado prácticamente por los aires. De momento, los extremos van desapareciendo, la socialdemocracia parece partirse en dos y sobre el centroderecha se asoma la figura de una líder populista que empieza a hacer sombra al mismísimo Feijóo.

 

 

ABC

 

Un comentario en “Cara y cruz

  1. la solución a este sinsentido es bien simple. Que se pongan de acuerdo los dos grandes partidos y acaben con esta locura de ley electoral que nos lleva o a otra guerra civil o a la rotura definitiva de una de las naciones más antiguas de europa. Pero claro, el psoe, el cancer histórico de este país se mire por donde se mire, ni se lo plantea. Sabe que le beneficia pactar con los partidos que quieren dinamitar españa. Lo que pasa es que a este paso ya no hay nada que ofrecerles, ya han fagocitado la nación hasta el último aliento, ya solo falta el toque de gracia y sánchez es capaz de dárselo. Para que la gente entienda la basura de ley electoral que tenemos. Todos los independentistas juntos (vascos catalanes y gallegos) 1,5 millones de votos = 26 escaños. Vox 3 millones de votos = 33 escaños. Y si hubiese al menos una segunda vuelta, pero no, esa sobrerrpresentación de 26 escaños que suponen bastante menos del 10% del electorado, va a decidir por un pais de 47 millones. Y a esto le llaman democracia. Así desde el 77. Sánchez y sus secuaces bailando y aplaudiendo en ferraz. Hay que tener cuajo para votar a esta panda de sinvergüenzas. España está enferma. Sin duda ya somos venezuela o argentina.

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