Camino del Apóstol. Reyes católicos

Este camino, como su nombre indica, fue construido para facilitar la peregrinación de los devotos que querían visitar el cuerpo del Apóstol Santiago , descubierto en el siglo IX de nuestra era.

La infinidad de peregrinos franceses que acudían a Santiago a visitar la tumba , hizo que el camino, que atraviesa parte de la comarca  Maragata, se llamase camino francés, y , el esmero de los Reyes en promover aquella devoción y sobretodo sus intereses , modificó en algún momento de la historia el camino que también se llamaba Real.

Gracias a ese esmero de los Monarcas, se constituyeron muchos hospitales- hospederías , siendo algunos de ellos muy célebres e importantes, para atender a los peregrinos.

Contado así , pareciera que el discurrir del trayecto se le supone gozoso , lleno de esa devoción y atención hacia el bien recibido caminante . Y aunque no se equivoca, pues el servicio estaba proyectado para esos fines , lo cierto es que en el camino Santo se infiltraban también, los menos devotos.

Todos los peregrinos, estaban exentos de tributos y colmados de favores , en pos de fomentar la afluencia de fieles , pero la picaresca y el hambre , atrajo también a miles de personas con la idea de favorecer su situación y supervivencia.

Aquellas capas que como atuendo obligado impuso la Iglesia para identificar al peregrino, sirvió de disfraz a los infinitos vagabundos que transitaban , suponiendo para los vecinos por donde trascurría el camino del apóstol , una auténtica ruina pues estaban obligados a atender sus necesidades.

Mientras el mito del Apóstol acariciaba los más exuberantes templos , las poblaciones, se sumían en la mayor pobreza.

Mucho tiempo después , considerando la situación, la Iglesia obliga a llevar certificados que se ajusten a la verdadera vocación del peregrino, si no llevaban esos consentimientos firmados, serían azotados con 200 latigazos y expuestos en el Rollo de algunas plazas durante 3 días .

Los siglos siguientes y la peste , contribuyeron al deterioro del camino Santo , además, de su fama adquirida por la peligrosidad, debido a los numerosos asaltos y muertes a los caminantes.

Es por ello que hacia el año de 1500 , los Reyes Católicos, no solo modifican parte de su trayecto desde Foncebadón, si no que aportan innumerables beneficios al nuevo trayecto.

Desde Santa Catalina de Somoza, por donde discurre el citado camino , hasta el siguiente hospital, transcurre el camino atravesando el conocido Foncebadón, y pasado este , llegamos a la cima del monte conocido como Irago , donde se encuentra la cruz de hierro.

En sus inmediaciones, se hallaba la hospedería de Foncebadon junto con la iglesia de San Salvador de Irago , ambas ubicadas antes De la Cruz de hierro teniendo en cuenta la sospecha ,de que la cruz actual ,no corresponda con la original según algunas hipótesis.

La iglesia de San Salvador y la hospedería, formaban un coto redondo, limitado por las cruces que se encontraban a su alrededor, conocido como : fuentecilla y la carrera ,  o sea, el camino ancho que va por Cireruelo de Yusano , por la encrucijada de Astúrica de Potata y por la Peña de Candanedo , en el paraje en que el camino de Fuentecalada , sale a la citada carrera.

Con el tiempo, la hospedería y la iglesia de San Salvador de Irago, se convirtieron en abadía , llevando el nombre de la Abadía de Foncebadón.

En el año citado , en el reinado de los Reyes Católicos, al conocido pueblo del Acebo , ya en Comarca Berciana , otorgan los Reyes un privilegio sobre su ya fundada hospedería, librándoles de todo tributo, con el fin de mejorar las atenciones a los caminantes , y de asumir la obligación de colocar cuatrocientos palos hincados en la tierra, desde Foncebadón, que sirvieran de Guía a los peregrinos del Camino a Santiago .

ANTIGUO CAMINO

En el año citado de 1500 , el trayecto no transcurriría hacia el Acebo , si no que ,algunos supuestos  lugares desde el Monte Irago , parecen inclinarse hacia el valle de las Tejedas .Ese  camino, muchos años después, es tratado bajo el nombre de : El Camino Gallego.

Isasy Cadierno