Por fin es sábado. Anonada, irritada y cansada, por este orden, me he quedado esta semana con tanta nota de prensa pre electoral. Cañete, por aquí, Valenciano, por allá; utilizando los pimientos y el carbón como ‘arma arrojadiza’, atragantándose con la leche… oigan, déjense de zarandangas, y a ver si entre todos apoyan de verdad a la agricultura y a la minería de esta tierra.
Y mientras, en la capital de la comarca, una vez finalizada la Semana Santa, parece que no se mueve nada, ni siquiera los ciudadanos en favor de Ciuden -poco poder de convocatoria el de la Plataforma; hay que cambiar de estrategia-.
Pero sí, hay algo que se está moviendo entre bambalinas, y no solo es ‘el Brujo’, el próximo miércoles en el Bergidum, no. ¿Se acuerdan de uno de nuestros concejales favoritos, Luis Amigo? pues mayo, la fecha en la que se suponía que finalmente le iban a aceptar la dimisión de sus cargos una vez ‘liberado’ de sus competencias -de las que se ha tenido que hacer cargo la eficiente Cristina López- se acerca…
Según me cuentan mis contactos en la casa consistorial, nuestro alcalde está intentando convencer al susodicho para que le dé de plazo hasta después del Mundial, que para algo son, o una vez lo fueron, amigos. Pero parece que la cosa no se le arregla.
Vaya papeleta se le plantea al alcalde, pues una vez que se le acepte la dimisión a Amigo y autodescartada la siguiente candidata -vive en Valladolid- a menos que la convenzan, el puesto de concejal será para Ovidio Lucio Blanco, que si por algo destaca, además de por su gran labor en la hostelería, es por ser un socialista convencido, fiel siempre al partido. Aunque también les digo que Folgueral me está sorprendiendo, es un hombre dialogante y perseverante, mucho más hábil de lo que sus adversarios imaginaban. A lo mejor a él también algún día le dedican un puente, pero de momento, solo le queda atravesarlo, a lo Indiana Jones; que el suyo está sujeto con hilos.