En todos los pueblos circulan historias de esas que se conocen “de oídas” es decir por transmisión oral. En Castropodame una de ellas es referente al conocido como “El Cabito Fuente” (o Fuentes quizá) y su estancia en la aún recordada Guerra de Cuba. Aunque me “suena” haber oído hablar del mismo hace bastantes años, no presté mucha atención al asunto, por razones varias que no viene al caso exponer.
Sin embargo hace ya un año o quizá más, una serie de circunstancias me empujaron a la búsqueda de noticias documentadas y específicas sobre este personaje. Entre ellas el haberme encontrado con el investigador Rafael Goyanes González, que lleva años recabando datos sobre la repercusión en la provincia de León de la guerra citada y que me ha facilitado muchísimos datos que se refieren a Castropodame tanto a nivel municipal como de la propia pedanía. Tantos que me es complicado analizarlos todos con detalle. Por otra parte aún vive en Castropodame una nieta de ese cabo (Teresa García Fuente) y además una señora de Castropodame, Mª. Olvido Reguero Fernández, también se ha preocupado de explicar a los vecinos de este pueblo, lo que a ella le contaron sobre el tema, porque entiende que es de justicia que aún hoy día se recuerden los méritos de este militar, que acabaría (tras la guerra) siendo además el cartero del pueblo. Hay según me han comentado algún documento alusivo a su labor como cartero. Pero ahora vamos al asunto militar.
Un buen conjunto de datos personales de este militar, aparecen en la ficha del cuerpo de sanidad militar. Figura el centro hospitalario (Marianao), la sala (1ª de medicina) y el numero 50. Resto de datos: cabo José Fuentes Álvarez, del batallón S. Quintín, 7º Peninsular. Compañía 5. Hijo de Mateo y Teresa. Pueblo de Castropodame, provincia de León. Edad 24 años. Soltero y labrador. Entró a servir el 6 de marzo de 1893 como quinto y desembarcó el 26 de marzo de 1895. La primera hospitalización tuvo lugar el 23 de agosto de 1897 y salió “socorrido” el 1 de septiembre de 1897.Diagnóstico, paludismo. Este conjunto de datos sirven para localizar e identificar a nuestro “cabito” Fuentes.
Los documentos que he analizado son básicamente (no únicamente) cuatro: el diario oficial del Ministerio de la Guerra, el B. O. de la capitanía General de la isla de Cuba, los diarios de operaciones militares (manuscritos y digitalizados) del Ejército Español destacado en Cuba y la ya señalada ficha (del cuerpo de sanidad militar) con datos de la hospitalización del cabo José Fuentes Álvarez. Todas son fuentes suministradas por Rafael Goyanes González. Son documentos digitalizados y con referencias que los hacen fácilmente localizables en los archivos donde se hallan. Además en el Archivo Histórico Municipal de Castropodame hay numerosos datos que está analizando Rafael Goyanes.
Un combate especial
Se repartieron miles de recompensas en la Guerra de Cuba y por ello el cabito fue uno más …pero participó en un combate que no fue uno más. Aquí está la clave. De hecho por otro combate si bien menos grande (menos bajas) también le concedieron (como en este), otra medalla igual aunque sin pensión. Entonces era cabo interino.
Mi interés por el tema (al margen de mi afán de investigar la historia de Castropodame en general) estriba en que entre los datos que Rafael Goyanes González me facilitó, aparece un documento, que estimo de interés singular, en esta historia. Es un documento digitalizado que procede de los archivos del Ejército Español y que cotejado con otros varios mas, pone de manifiesto que este militar de Castropodame tuvo la “suerte” de estar presente el 7 de diciembre del año 1896 en un combate entre los insurgentes ( rebeldes) cubanos y el Ejército Español. No fue un combate más, como he señalado, aunque podría haberlo sido y no lo fue porque en el mismo hallaron la muerte dos “peces gordos” del bando que luchaba contra España: Antonio Maceo y el hijo de Máximo Gómez. Esto si que fue una “lotería” para nuestro cabo. En la Red abundan las referencias a Antonio Maceo, a Máximo Gómez y a su hijo (Panchito Gómez Toro), el que murió aquel 7 de diciembre de 1896 luchando contra los españoles. Por ese combate unos 500 componentes del Batallón San Quintín 7º Peninsular, fueron premiados y entre ellos el cabito de Castropodame. Se le concedió una medalla al mérito militar con distintivo rojo y una pensión (no vitalicia) de 2,5 pts mensuales. En ese día sin embargo era soldado raso.
Es curioso que habiendo en Internet tanta información sobre los personajes que lideraron el independentismo cubano (alabando por norma general su comportamiento); no figuren (al menos yo no he visto) referencias al parte de guerra (manuscrito), del Ejército Español, que sin embargo conozco gracias a R. Goyanes. Me parece extraño que no se ofrezca la versión completa de la parte española y por ello aquí la voy a dar. Advierto eso si que es imprescindible leer ese documento (y los demás) muy despacito, letra por letra, para evitar los pequeños despistes que suelen cometerse al copiar documentos y por supuesto que se agrandan cuando la transmisión de la información se hace de modo oral. Esta es la versión que yo resumo a continuación a partir de datos que entiendo proceden del Archivo General Militar de Madrid (agmm).
El 7 de diciembre de 1896 las tropas españolas son informadas en Hoyo Colorado de que habían pasado los enemigos hacia la mata de los fuertes del poblado. La guarnición (española entiendo) hizo fuego contra esos enemigos y adquirió la confidencia de que el enemigo en número de más de 4000 se hallaba en dirección de San Pedro. Las tropas españolas se dirigen por tanto a San Pedro y antes de llegar allí se dividen en dos grupos. La caballería por un lado y la infantería por el otro. Ambas avanzando hacia San Pedro.
En un momento dado el enemigo ocupando posiciones favorables y estando a la espera abrió fuego contra la caballería y la infantería españolas. Se inició un combate que duró tres horas. En dicho enfrentamiento el enemigo en número diez veces superior y mandado por el cabecilla Antonio Maceo fue perdiendo sus posiciones en San Pedro, Matilde y Concepción de Claudio Hernández, ante el fuego de las tropas españolas y repetidos ataques a la bayoneta para desalojarlos de sus trincheras. El enemigo acabó dispersándose en todas direcciones.
Reconocido el lugar del combate, el enemigo dejó sobre el campo más de 40 muertos, entre ellos los cabecillas Antonio Maceo y el hijo de Máximo Gómez y una serie de heridos( que se citan).Se hallaron infinidad de caballos muertos y heridos. Asimismo se halló armamento, monturas, víveres, ropas y más efectos.Por parte de los españoles hubo que lamentar la muerte de tres individuos de San Quintín y heridos los tenientes D. Andrés Amores y D. Santos Peralta y el de la guerrilla de Peral D. Dionisio Moya, un sargento de San Quintín, 15 individuos de tropa y 5 de la guerrilla de ese batallón y 7 de la guerrilla de Peral. Es decir 3 muertos y 31 heridos por parte española. En este diario de operaciones del ejército español, no se indica cuando se reconoció por parte de los españoles del campo de batalla.
Hay otras informaciones que indican que este reconocimiento no se efectuó (como sería lógico en principio) el mismo día de la batalla. En el diario de operaciones que he citado y en los días 7 a15, ambos incluidos, de ese mes de diciembre, no figura referencia alguna al reconocimiento de ese lugar donde tuvo lugar el enfrentamiento bélico. Además es prácticamente seguro de que hubo más informes (de ambos bandos) sobre ese enfrentamiento. Rafael Goyanes me ha enviado una muy amplia documentación de lo que el general español Valeriano Weyler capitán general de Cuba y máxima autoridad militar en la isla, escribió tras la pérdida de Cuba (“MI MANDO EN CUBA”); pero estas informaciones en nada alteran el papel del “cabito” de Castropodame, que es a lo que yo voy.
A le fecha de hoy y en base a lo que sabemos y hemos podido documentar, este “cabito” y luego cartero de Castropodame, fue uno más de los miles de militares que combatieron en Cuba para defender las últimas posesiones de España. Hay datos (muchos y sin analizar con detalle) sobre otros numerosos hombres del resto del municipio de Castropodame (Matachana, Calamocos, Viloria, Turienzo Castañero, San Pedro castañero y Villaverde de los Cestos), que sirvieron al Ejército español en Cuba y Filipinas. No obstante no sabemos si en ese enfrentamiento del 7 de diciembre de 1896, se hallaba presente algún militar más procedente del municipio de Castropodame. Quizá si, pero no tengo datos para confirmarlo. Cuando se dispone de mucha documentación su análisis lleva tiempo.
Es posible que este militar participase en alguna acción individual de la que no haya quedado constancia documentada (o no se haya encontrado aún), pero esto no es más que una suposición. R. Goyanes ha consultado la prensa española de la época y nada ha visto referido específicamente a este militar de Castropodame. Aludo a ello porque las “historias” de transmisión oral en Castropodame, hablan de una acción de guerra individual, en la que este militar se habría distinguido. Además de lo que Mª, Olvido Reguero cuenta yo pregunté a Teresa García Fuente la nieta del militar -cartero y por ello deduzco que en el recuerdo aún presente en su pueblo lo que permanece es la idea de una acción militar individual destacada que el “Cabito Fuente” realizó.
Vista pues la historia conocida de este militar y los datos objetivos que dejan muy poco margen para la discusión, es hora de pasar a interpretar los hechos. Esto sin duda si da lugar a enconados debates como sucede en casi todos los sucesos del pasado. Esa interpretación la realizaré en la segunda parte de este artículo. Advierto eso si que no pretendo ser “políticamente correcto”, pretendo intentar analizar los sucesos del modo más racional posible tanto si las conclusiones gustan como si no. Yo no escribo novelas ni cuentos. Pretendo exponer y analizar los sucesos del pasado con mentalidad racional y científica, como lo haría una máquina.
Bembibre 11 de julio de 202//Rogelio Meléndez Tercero
¡Enhorabuena por ese interés que tiene en conocer la historia de su pueblo!Gracias.
Muchas gracias. Es gratificante comprobar que lo que uno escribe, sirve para que alguien lea. Habrá una segunda parte y supongo que más polémica que esta. No obstante yo no tengo inconveniente en debatir, aunque siempre con educación eso si.Un saludo.