Ahora sí que sí

Iba a escribir sobre una reveladora entrevista que le hizo recientemente a Feijoo un periodista condenado en reiteradas ocasiones por hacer un uso indebido de su micrófono. En ella, vertía falsedades sobre la Ministra Portavoz del gobierno y para ridiculizarla, no se le ocurrió otra cosa que despreciar el trabajo de las personas que trabajan cuidando y educando a nuestros hijos en las Escuelas Infantiles. La risa floja, cómplice y cobarde de Feijoo me irritó y decepcionó más que mucho pero creo que ya quedan pocos días de tener que verla, al menos ocupando espacios como primer espada del PP.

Hay indicios que apuntan a que el partido se está preparando para el relevo. Se está escribiendo un relato digerible, se está montando el escenario propicio y se está preparando a los suyos para que vean esto como algo necesario y no como el triunfo de una larga y medida estrategia que conlleva una nueva defenestración del líder nacional.

No es casual que, a tan solo una semana de las elecciones gallegas, se conozcan las intenciones de Feijoo de estar dispuesto a estudiar un indulto a Puigdemont. El enfado fuera del PP es proporcional a la hipocresía de los mensajes mandados hasta ahora por el partido que lidera la oposición. Y dentro del PP, no sé si sería capaz de imaginarme el desconcierto y la frustración que tiene que cundir entre sus simpatizantes y cargos públicos. Recordemos que los representantes públicos del partido tenían que acudir a las  manifestaciones convocadas por el PP contra la amnistía, por la unidad de España y contra los independistas porque son lo peor de lo peor. La asistencia era de obligado cumplimiento so pena de pasar al ostracismo dentro de la organización. Intentaron llenar autobuses y coches particulares para ocupar las calles con gente indignada contra un gobierno que resulta que anda dando los mismos pasos que Feijoo estaría dispuesto a dar. Ahora ya, ni el Carnaval les salva, caretas fuera, cartas boca arriba y órdago echado. Toca esperar unos días porque el resultado de esta jugada se zanjará contando votos en las urnas gallegas.

El 18 de febrero Galicia decide, y decide mucho más que su propio futuro. Si el PP no consigue gobernar, habrá cataclismo interno. Quienes llevan callados las últimas horas, no están parados. Están velando armas y desempolvando trajes de presidentes o presidentas, de números doses y esas cosas. Otros están estudiando cómo pasar desapercibidos hasta que la balanza ya se haya inclinado para un lado u otro. Y mientras llega el momento, no me extrañaría que el libro en la mesita de noche de muchos miembros del PP fuera el Manual de Resistencia de su aborrecido y siempre admirado, en secreto, claro, Pedro Sánchez.